A veces, el mundo cotidiano parece estar muy alejado de la expresión artística. Sin embargo, en ciertas circunstancias es precisamente el arte la válvula de escape que permite enfrentar situaciones adversas.
“Cuando empecé a pintar hace 30 años, hubo una circunstancia que derivó en algún tipo de depresión, entonces traté de transformar la energía negativa en energía positiva y es ahí cuando empecé a pintar.
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“Me gustaron varias cosas, por un lado, la expresión de los sentimientos a través del arte, del color, de la forma aunque sea abstracta, siempre hay forma contenido y trasfondo filosófico”, detalla el escultor Sergio Bignardi en entrevista con El Heraldo de México.
Esta pasión no solo le ayudó a enfrentar una de las etapas más complicadas en su vida, también se transformó en un escenario en el que la expresión de su interior llamó la atención de decenas de personas.
Del marketing al lienzo
Como si se tratara de dos personas con perfiles diferentes que, al final, se unen de manera armónica, Bignardi ha logrado matizar gradualmente su experiencia en la comunicación para que el arte se convierta en una pieza elemental de su quehacer cotidiano.
“Es curioso porque empezó como un hobby hace 30 años y poco a poco le fue ganando terreno a la parte profesional. Me dedico a hacer marketing y publicidad, pero siempre he dedicado gran parte de mi tiempo libre a expresarme a través del arte.
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“La vida me fue llevando a hacerlo, muchas veces por invitación, porque a veces venía alguien a comer a mi casa. Así sucedió alguna vez que expuse en la sala principal del Museo de la Ciudad de Querétaro en 2004, hubo una fiesta en mi casa vino gente de Conaculta, les gustaban mis cuadros y decían ‘oye, ¿por qué no expones?’”, rememoró.
En su propuesta, Bignardi le da la voz a los elementos, sin importar si son gemas cultivadas para la creación de joyería, lienzos blancos o incluso láminas que, alguna vez, formaron parte de objetos que datan de la Segunda Guerra Mundial.
“Esas láminas tenían alguna marca de historia de vida en sus propios cuerpos, entonces las aproveché para intervenir de alguna manera artística. Muchas se vendieron, algunas todavía son parte de mi colección privada y así voy evolucionando”, explicó.