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Proponen un recorrido sonoro por el Centro Histórico

“Una crónica sonora del Centro Histórico” recorre el primer cuadro de la ciudad a través de 70 rolas, de diferentes grupos, que han narrado la urbe a través de sus canciones

De Balderas a la Merced, del Eje Central a Circunvalación o de Garibaldi a la Alameda, la música acompaña a quien vive la ciudad. Los sonidos brotan de todas partes y conforman un soundtrack que cuenta lo que sucede en las calles, plazas y edificios: si hay una constante en la gran urbe es que nunca calla y así lo constatan los periodistas Memo Bautista y Sonia Yáñez, quienes han conformado “Una crónica sonora del Centro Histórico” (Fideicomiso del Centro Histórico de la CDMX, 2023).

Se trata de un viaje por partida doble: el narrativo, constituido de 14 crónicas que nos llevan del Zócalo al Barrio Chino, de la Torre Latinoamericana al Teatro Blanquita y otros iconos del primer cuadro; y el sonoro, que incluye 70 rolas, todas escritas a partir de 1980 (cuando el centro fue declarado zona de monumentos históricos), que pueden ser escuchadas mientras se lee, por medio de las ligas (en código QR) que van apareciendo en el libro.

“Queríamos escribir de las cosas que vemos y hacemos en el Centro Histórico, desde ir a una marcha o ir a comprar cosas a la Plaza de la Soledad, o incluso a La Merced, su mercado y la zona roja que ahí existe, platicar cómo se vive el centro, qué es lo que encuentras mientras caminas por las diferentes calles”, cuenta Yáñez en entrevista. El ejemplar funciona, incluso, como una guía para conocer el centro; los autores, como buenos cronistas, se adentran a conocer detalles poco conocidos de ciertos lugares, frases o anécdotas.

Y aún más, comparten su bagaje musical e identifican a los grupos que le han cantado a la urbe de asfalto: ahí están Café Tacvba, Maldita vecindad, El Tri, Jaime López y Armando Rosas, pero también La Tremenda Korte, Liran’ Roll, Los Tigres del Norte, Calle 13 o Amandititita, entre muchos más.

Caminándolo o escuchándolo, dice Bautista, “se puede ver que el centro es un ente vivo que va cambiando y que en medio vive ciertas crisis; es muy interesante ver como Arturo Meza dibuja un zócalo de protestas mientras que la Banda Bostik dibuja un zócalo de leyendas, al centro lo puedes ver desde distintos puntos de vista”.

Aún con sus alegrías, coloridos y fiestas, los autores han querido alejarse de los estereotipos y dibujar sólo una ciudad celebratoria, en sus textos y en las canciones que acompañan las crónicas también hay temas que hablan de la parte ‘gruesa’ del centro, de su violencia, de su caos y sus problemas, porque como dice Memo.

“Hay una relación de amor-odio con la ciudad, o la odias por el caos, por su tráfico, pero también la amas, la oferta cultural que encuentras aquí, por ejemplo, no existe en otra parte, es un museo vivo, por donde se camine siempre hay algo”.

Lo mejor es que caminar “Una crónica sonora” es tan accesible como subirse al Metro: el ejemplar se puede adquirir de manera gratuita acudiendo al Fideicomiso del Centro Histórico, en la calle de Brasil 74, o bien descargarlo, también de forma libre, en la página: centrohistorico.cdmx.gob.mx/storage/app/media/CronicaSonora_2023web.pdf