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Sor Juana Inés de la Cruz tuvo una esclava en el convento, esta es su historia

Era de origen africano y estuvo con ella más de diez años acompañándola en las tareas que realizaba en el convento

Sor Juana Inés de la Cruz tuvo una esclava en el convento, esta es su historia
La esclava de Juana Inés. Foto: Especial

Sor Juana Inés de la Cruz fue una mujer que se caracterizó por su humanismo y sabiduría, fue una gloriosa poeta y estudiosa mexicana que logró consagrarse como una de las principales escritoras hispanoamericanas. Juana Ramírez de Asbaje nació el 12 de noviembre de 1651 (o de 1648) en San Miguel Nepantla en una hacienda ubicada al pie de los volcanes.

Fue una mujer criolla probablemente de ascendencia vasca, pues no se tienen bien claros los datos de su linaje. En un texto autobiográfico, la poeta cuenta que su amor por las letras se dio “desde que me rayó la primera luz de la razón”,  a los tres años de edad, según escribe, por lo que pronto tomó lecciones para aprender a leer.

Su pasión por el estudio y el conocimiento la llevaron a querer ingresar a la Universidad de México, incluso consideró vestirse como hombre si era necesario para poder ingresar, sin embargo eso no fue posible por la negativa de su madre. Entonces no le quedó más que devorar los libros que había en la biblioteca de su abuelo.

Juana de Asbaje era muy disciplinada y constante al grado que cortaba su cabello para determinar el tiempo que dedicaría a una nueva lección y si no la aprendía lo volvía cortar. De acuerdo con su biógrafo el Padre Calleja, Sor Juana compuso a los ocho años una loa para la fiesta del Sacramento.

Sor Juana tuvo una esclava negra que se convirtió en su aprendiz 

En la época virreinal era habitual la esclavitud y Sor Juana era una mujer que gozaba del respaldo de virreyes, pertenecía a una familia acomodada, lo que le permitió dedicarse a la vida de estudio y dejar de lado el matrimonio. De hecho sus biógrafos detallas que el mismo virrey Antonio Sebastián de Toledo estaba sorprendido con su sabiduría, por lo que influida por el padre Antonio Núñez de Miranda, confesor de virreyes decidió profesar pues era lo que le parecía más decente para seguir con sus estudios y así evitaría el matrimonio y cualquier otra tarea que la alejara de su vocación.

De acuerdo con el libro “La esclava de Juana Inés” de Ignacio Casas la poetiza tuvo durante años a una mujer mulata a su servicio dentro del convento de San Jerónimo. Yara no sólo fue su servidumbre, sino que se convirtió en su aprendiz y su discípula. Ella era la primera en conocer lo que decían sus versos y sonetos.

La historia de Yara está basada en un hecho real, según algunos historiadores, y retrata las vejaciones, humillaciones y discriminación que vivían las mujeres negras en la época del virreinato pues sólo tenían lugar como esclavas. La acompañó durante 10 años en el convento de San Jerónimo de la Ciudad de México y en el año de 1683 la vendió a su hermana de nombre Josefa por 250 pesos con todo y su niño aún de pecho, con la finalidad de protegerla.

La novela parte del diario de Yara es una mezcla de ficción y realidad que Ignacio Casas lleva con una majestuosidad que te atrapa desde sus primeras líneas. En entrevista con un medio nacional el autor explicó que le bastó leer unas líneas de Octavio Paz para rastrear la historia de esta esclava negra.

“En Las Trampas de la Fe, Octavio Paz menciona que Sor Juana Inés de la Cruz tuvo una esclava que vivió 10 años con ella, que era mulata y se embarazó en el convento. Cuando leí esas cinco líneas, me pareció muy interesante porque, en primer lugar, era esclava: no les pagaban nada y, si bien les iba, les daban chocolate o de pronto galletas…la esclavitud era real sobre todo en los negros”.

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