En los límites del arte, Enrique Carbajal “Sebastián” inició una nueva exploración al llevar algunas de sus esculturas monumentales como “El Caballito”, que se ubica en la Ciudad de México, al formato nano, una experimentación que pretende mostrar una nueva dimensión pictórica y escultórica, a partir de la ciencia y la tecnología.
“Nanoesculturas Sebastinas en el IPN”, nombre del proyecto, es una colaboración con el Centro de Investigación en Computación (CIC) del Politécnico, que consiste en llevar las obras más emblemáticas del escultor a una escala que sólo puede apreciarse a través del microscopio y de la utilización de elementos lumínicos que dotan de tonalidad y profundidad a cada pieza.
A lo largo de su carrera, el artista originario de Chihuahua, ha combinado el arte con distintas áreas de la ciencia, con que experimenta para alcanzar un fin plástico.
En entrevista, Sebastián y el pedagogo y gestor cultural Francisco Calva Rodríguez (encargado del proceso de enlace entre la Fundación Sebastian y el IPN) coinciden en señalar que “este trabajo puede considerarse una consecuencia de las sociedades de la información, del conocimiento y de las revoluciones industriales modernas, que en ámbitos de la educación, detonan innovaciones y cambios en los aprendizajes, favoreciendo el trabajo colaborativo y transdisciplinar en corresponsabilidad social”.
El escultor refirió que la primera etapa del proyecto es el "acercamiento a lo nano", una fase en la que se crearon reproducciones -en silicio de 10 milímetros- de 10 esculturas icónicas de su obra y “Los arcos del mundo”, escultura patrimonio de la casa de estudios.
En la Fundación Sebastián trabajan el artista y Matías Carbajal, quienes se encargan de la propuesta creativa, establecen los parámetros de textura, forma y color que migran a un formato digital; mientras en el instituto, académicos y estudiantes asignan valores a los diversos elementos que conforman la creación estética de las micro y nanoesculturas.
En ese sentido, el Dr. Héctor Báez, profesor investigador del CIC y líder tecnológico del proyecto, indicó que el proceso parte de la visión del propio escultor, y, posteriormente, los técnicos van trabajando con los parámetros para ajustar y hacer pruebas a partir de elementos como la potencia y la frecuencia del láser, a manera de bajorelieve.
Sobre el uso del silicio para la realización de las estructuras sebastinas, Báez compartió que se optó por este material porque posee cualidades que permiten crear los sustratos cristalográficos que definen las piezas.
Para la segunda y tercera etapa del proyecto, el escultor chihuahuense explicó que en estas se emplean máquinas, que, a través del depósito de partículas, forman nanoesculturas.
Sebastián enfatizó la participación de su hijo Matías Carbajal, músico y artista digital, a quien confió la responsabilidad de ser el interlocutor tecnológico entre la fundación y el politécnico, “ya que a lo largo de 20 años, él se convirtió en el traductor del lenguaje sebastino para otros proyectos”.
“La mediación del lenguaje escultórico y la geometría emocional del artista en sinergia con la intervención de docentes, investigadores y estudiantes, desde sus diferentes miradas, es el espíritu con el que se desarrolla el proyecto de las estructuras Sebastinas en el Politécnico”, añadió Calva Rodríguez.
Sebastián compartió que son Cabeza de caballo (El Caballito, Ciudad de México), Nezahualcóyotl (El Coyote, Estado de México), Puerta de Torreón (Coahuila), La Antorcha de la Amistad (Texas), Tsuru (Japón) y dos esferas cuánticas, así como la Puerta Sur, La X de Juárez y la Puerta de Chihuahua, ubicadas en ese estado, las que se llevarán a esta nueva exploración.
Por último, el Dr. Francisco Hiram Calvo Castro, director del CIC destacó la habilidad nata del escultor mexicano en la creación de proyectos artísticos que conjugan la ciencia y la tecnología, así como la importancia de “Nanoesculturas Sebastinas en el IPN”, como el primer proyecto de su especie en México.
Asimismo, destacó la importancia de las funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión como un todo integrado en la misión y visión del Politécnico.
Las microesculturas y nanoesculturas del proyecto formarán parte del acervo de la “Fundación Sebastian” y el IPN.
Para autentificar cada obra, estas contarán con el nombre y la firma grabada del escultor.
Además de este proyecto, el escultor ha intervenido apoyando otras iniciativas en el IPN como exposiciones y conferencias, y en materia de diseño curricular, sus aportaciones para los contenidos de la carrera de Técnico en Diseño Gráfico Digital que se imparte en el CECyT Miguel Bernard.
- Sebastian regaló Los Arcos del Mundo al IPN en su 60 aniversario.
- 10 obras emblemáticas del artista serán reproducidas a tamaño “nano”
- 1 serie, de 10 piezas cada una, se realizaron de las obras icónicas de Sebastian
- 2 series, de 85 piezas cada una, se realizaron de Los Arcos del Mundo, escultura emblemática de IPN
- 2015 año en que recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, por la trascendencia y calidad de su obra monumental.
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