ESCRITA POR MARTYNA MAJOK

La fragilidad y la desigualdad, temas de la obra teatral Costo de vida

El montaje, bajo la dirección de Samuel Sosa, se presenta de lunes a miércoles, del 1 de mayo al 28 de junio, en el Teatro Helénico

CULTURA

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Los actores tienen las mismas discapacidades que sus personajesCréditos: Paulina Watty

Centrada en dos historias: la de Ani, una mujer que sufre un accidente que la deja paralizada y su esposo Eddie; y de John, un joven con parálisis cerebral, y Jess, su cuidadora, Costo de Vida, dirigida por Samuel Sosa, invita a reflexionar sobre las personas que precisan de otras personas para sobrevivir, algunas debido a una discapacidad física, otras por su inhabilidad para relacionarse.

En entrevista, el director y productor mexicano compartió que en 2018 leyó la obra escrita por la dramaturga polaco-estadounidense, Martyna Majok, que le valió el Premio Pulitzer de Drama ese año.

“Siempre me cuestiono por qué en el mundo hay tantas desigualdades, por qué el arte y el teatro no son atractivas para el sistema capitalista y por qué si yo trabajo con tanta pasión, como los otros, no obtengo lo mismo. No es que el texto de Martyna me revelara esto, pero encontré un truco para jaquear al sistema: creer en el otro”, contó Sosa.

Costo de Vida, dirigida por Samuel Sosa, invita a reflexionar sobre las personas que precisan de otras personas para sobrevivir.  Foto: Paulina Watty

La obra que abre temporada en el Teatro Helénico a partir del 1 de mayo, dijo, es una adaptación muy fiel a la obra de Majok, quien sólo puso la condición de que los actores tuvieran las mismas discapacidades que los personajes.

“La intención es ser lo más sinceros posibles, por eso también nos pareció interesante la idea de que no fueran dos actores interpretando una discapacidad, sino dos personas que la viven, la superan y enfrentan con todas las complejidades humanas”, explicó.

Por otra parte, el director de “Costo de vida”, enfatizó que no es una puesta en escena que pretenda "educar o estereotipar”, sino más bien “un viaje por todas las contradicciones humanas”.

En cuanto al tema de la discapacidad, dijo que “no es el eje central de la obra, sino una arista de la misma”, pues los actores también demuestran, a través de sus personajes, que la supervivencia básica es costosa, así como el privilegio de unos cuantos”.

Respecto a si los espacios de las artes escénicas en México están adaptados para las personas con discapacidad, Samuel Sosa respondió que la deuda es enorme, sin embargo, compartió que es un tema que el Teatro Helénico está trabajando.

Sobre si existen retos para los actores con discapacidad Arly Velásquez Peñaloza (John), y Sandra Jiménez Loza (Ani), ambos explicaron que, en el escenario, él único, es que quizá se tienen que adaptar espacios para ellos.

“En mi caso, puede ser el de interpretar a una esposa cuando no he tenido una relación de ese tipo, pero puedo decirte que no soy un ‘angelito’ como suelen llamarnos las personas, soy una ‘cabrona’, y quizá, otro de los retos fue intentar no dirigir, ya que también soy directora y escritora”, indicó Jiménez Loza.

Por su parte, Velázquez Peñalosa, actor y deportista paralímpico, compartió que él piensa en la discapacidad como un “boleto”, pues no sólo tiene que ver con una situación congénita, ya que en un punto avanzado de la vida, como la vejez, “las personas dependen de alguien más, de una silla de ruedas, de un bastón, de una rampa… y la sociedad no está lista para ello”.

En el caso de Humberto Busto (Eddie) y Elena del Río (Jess), sus papeles tienen que ver con las personas que rechazan drásticamente cualquier intento de ayuda, incluso si sus vidas dependen de ello; o por otro lado, por ser “incapaces emocionales y sociales”, situaciones que los convierte en dependientes de alguien más.

 

LSN

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