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Imprenta mexicana del siglo XVI: alfa de la tipografía americana

La imprenta del nuevo mundo fue internacional desde el inicio: los primeros impresores eran de Italia, España, Francia...

Imprenta mexicana del siglo XVI: alfa de la tipografía americana
Alfa de la tipografía americana Foto: El Heraldo de México

Poco después de la caída de Tenochtitlan y la fundación de la Ciudad de México, llegó al Nuevo Mundo una herramienta que resultaría esencial para la conquista espiritual, el control político y la organización de un nuevo orden social: la imprenta de tipos móviles. En las primeras décadas de la Colonia, el libro impreso fue el principal medio con el cual se articularon numerosas discusiones que tenían que ver con el gobierno y la cultura en los virreinatos americanos. Ahora bien, ¿quiénes fueron aquellos pioneros de la tipografía americana? La imprenta del Nuevo Mundo fue internacional desde el inicio: los primeros impresores fueron oriundos de Italia, España, Francia, Alemania y Flandes. Una parte de esos operarios, como Juan Pablos, Antonio de Espinosa y Cornelio Adrián César, tenían formación previa en el arte gráfico, otros más tenían conocimientos de encuadernación y habían hecho comercio de libros y papel en ambos lados del Atlántico, o estaban emparentados con familias de impresores puente, mediante el cual ingresaron al negocio editorial, como Balli, Ricardo y Ocharte; finalmente, algunos otros eran eruditos como Enrico Martínez, cosmógrafo del Rey.

Además de la innovación tecnológica de la que fueron portadores, es importante destacar la audacia comercial de esos impresores e impresoras americanos ya que, en varias ocasiones, fueron ellos patrocinadores de las obras que publicaban. Los libros mexicanos del siglo XVI presentan aspectos estéticos de diversas tradiciones gráficas, desde los que emparentan los impresos mexicanos con los del periodo incunable hispánico, mediante el uso de grabados en madera de grandes dimensiones y letras góticas de diversos tamaños, hasta los impresos que presentan rasgos similares al de las obras renacentistas, con grabados más finos y delicados, uso de letras redondas romanas y cursivas.

La tecnología de impresión tipográfica que importaron aquellos pioneros permitió publicar obras de varios géneros que hoy podemos consultar en bibliotecas del país y del extranjero, y están disponibles para su consulta física y digital, por ejemplo, en la Biblioteca Nacional de México. El mejor homenaje que podemos hacer hoy a los inicios de la tipografía americana es consultar los libros y demás impresos que forman parte de nuestro rica historia y patrimonio documental.

 

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