Objetos prehispánicos que salieron del país para conformar colecciones privadas y que con el paso del tiempo han pasado de mano en mano entre coleccionistas particulares, galerías y museos, principalmente de Europa y Estados Unidos, integran la mayoría de las subastan que se realizan en el exterior, y a las que México se opone desde hace varios lustros.
Vendidas de manera legal, cuando la legislación mexicana era más laxa, o casi siempre obtenidas a partir del saqueo arqueológico, las piezas precolombinas se han convertido en uno de los artículos más codiciados del mercado del arte. "Colección privada americana, adquirida en 1991", anuncia la ficha del lote 40, correspondiente a una pieza de Colima que hoy será subastada en París, por la casa Binoche et guiquello.
El lote 44, una máscara funeraria teotihuacana, cuyo precio de arranque es de 40 mil euros (unos 940 mil pesos), fue adquirido en los 60 por Samuel Dubiner, canadiense que la revendió en Nueva York en 1989. En otros casos puede trazarse toda una ruta: en 2014, la casa Bonhams remató una figura de Xochipilli: los registros indican que en los 60, la pieza perteneció a una colección privada de EU; en 1979, Sotheby's Parque Benet la vendió en Nueva York al Time Museum de Rockford, Illinois.
Después, fue nuevamente subastada y adquirida en Nueva Inglaterra, hasta que llegó a Europa en junio de 2005 para ser vendida por Christie's París; finalmente, fue adquirida por un coleccionista privado de Nueva York. Una de las imposibilidades para reclamar las piezas es que no existen catálogos y registros previos de ellas piezas, debido a que generalmente se trata de objetos obtenidos a través del saqueo.
“Cada vez que se sustrae, se roba y después se comercializa algo así, tenemos un pedazo de nuestra historia que está en manos de alguien que lo ha hecho ilegalmente”, dijo el canciller Marcelo Ebrard el 29 de junio del año pasado, cuando recibió tres piezas arqueológicas devueltas por el gobierno de Italia. Con el funcionario coincide el experto en patrimonio Bolfy Cottom: “Los canales por donde se trafica son inmensos, no hay manera de tener control”.
En México, afirma la jurista Norka López Zamarripa, la exportación de piezas fue restringida, ”más no prohibida, desde 1827”; en la actualidad, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, prohíbe su salida del país, pero en ambos casos, no existen “efectos retroactivos”. Ante el problema, el gobierno mexicano ha emprendido una campaña de protesta a la que se ha sumado la esposa del Presidente, Beatriz Gutiérrez Müller: “La venta de estas piezas supone un tráfico ilegal del patrimonio nacional”, manifestó en redes sociales. {
¿QUÉ MÁS?
- 3 dijes prehispánicos mexicanos se vendieron el miércoles en París
- El gobierno mexicano ha emprendido la campaña #MiPatrimonioNoSeVende
- Binoche et Giquello subastará hoy 47 piezas prehispánicas de México
- El martes pasado, seis países latinoamericanos se pronunciaron en contra de las subastas
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