LITERATURA

Documentan misterios arqueológicos en un libro

Luis Alberto Martos y Alberto López Wario recopilan sucesos paranormales que suceden durante las exploraciones arqueológicas

Luis Alberto Martos López iniciaba en la arqueología y una experiencia inexplicable se le quedó grabada. Formaba parte del grupo, que bajo las órdenes de Román Piña Chan, exploraba la zona de Hormiguero, en la región de Río Bec, en Campeche, y una extraña pesadilla le despertó en medio de la noche: “era como de una sombra que se quería acercar a mí”.

Empapado en sudor, el arqueólogo buscó recuperarse, pero al instante comenzó a oir pisadas de un lado a otro: “me asuste porque sabíamos que un jaguar nos rondaba”. Los ruidos continuaron hasta la llegada de un grupo de trabajadores que había salido a cazar en la selva, pero se repitieron otras noches: no sólo para él sino también para otros arqueólogos.

“No sé cómo explicarlo, simplemente sucedió y ya”, dice. Varios años después, Martos, junto con su colega Luis Alberto López Wario, se han encargado de recopilar aquellas experiencias misteriosas de las que está llena su disciplina. “Sombras y susurros: Vivencias extrañas y tenebrosas en la arqueología” (Punto Rojo, 2021), reúne más de una veintena de relatos, escritos y compartidos por el mismo número de especialistas, sobre experiencias sobrenaturales, de fantasmas, extraños o raros.

“’Si tú no dices nada, yo no digo nada’, es un acuerdo al que se llega; simplemente se guardan, son experiencias que se viven y muchas veces no se dicen, precisamente por el carácter científico de lo que hacemos, o porque algunos participan en proyectos que son muy conocidos, ellos son muy reconocidos y tienen miedo a que se vayan a quemar”, señala.

La intención no ha sido explicar los sucesos, ni tampoco llevar la disciplina al campo sobrenatural; de lo que se trata, afirma, es de compartir situaciones que suceden y que forman parte del material de estudio: “Los arqueólogos no desenterramos objetos, desenterramos gente, vidas pasadas, experiencias, sensaciones, esas personas cuyos restos materiales trabajamos sentían, querían, amaban, odiaban, pensaban, nos estamos asomando a otras vidas”, dice.

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