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¿Desear mucha mier… en el teatro, es una grosería? Te contamos esta y otras creencias

Vestir prendas amarillas, regalar claveles y cometer la osadía de tejer lana son algunas de las cosas que no debes hacer en un teatro

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Desear 'mucha mierda' no es ofensivo entre los participantes del teatro Foto: Pixabay

El mundo del teatro es tan supersticioso como cualquier otro ámbito, seguramente has escuchado que entre los actores no se desean buena suerte, sino al contrario, se desean ‘mucha mierda’, algo que parecería ofensivo pero que para los productores y participantes de una puesta en escena son señales de buenos augurios y una manera de desear éxito.

La frase escatológica de ‘mucha mierda’ es utilizada por los actores y participantes como un buen augurio, entre los siglos XVII y XVIII se cree que la frase provenía de los dichos de la gente que trabajaba alrededor de los recintos especializados en teatro.

En aquel tiempo, la gente adinerada solía trasladarse en carruajes jalados por caballos, los ocupantes descendían para presenciar la obra, mientras tanto, cocheros y caballos esperaban a que finalizara la puesta para trasladar de vuelta a casa a su amo.

Durante este tiempo, los animales desde luego que vaciaban sus intestinos, no había un ‘baño’ para equinos y todo el patio donde se estacionaban los carruajes estaba repleto de excremento.

Los trabajadores al ver eso se daban cuenta que el teatro estaba lleno y les daba mucho gusto, porque eso significaba que los asistentes arrojarían un mayor número de monedas al escenario, garantizando con ello, el pago a los trabajadores y actores de la obra. Entre mayor era el número de excrementos, mayor era la recaudación.

Otra versión indica que durante la Edad Media, los participantes en el teatro viajaban de forma itinerante, en épocas en las que la higiene no era precisamente una de las virtudes que destacar entre las sociedades que vivían en aquellos años.

Cuando las compañías de teatro llegaban a algún poblado solían ver a la entrada los desechos acumulados de decenas o cientos de personas, eso significaba que se celebraba algún evento o feria y por lo tanto, habría reunida mucha gente y las ganancias podrían ser significativas.

Actualmente, desde luego que eso ya no sucede, sin embargo, como decíamos al principio, este tipo de expresiones se quedaron muy arraigadas entre quienes forman parte del gremio teatral y con el paso de tiempo se han vuelto habituales.

Otras supersticiones

Llevar prendas de color amarillo es visto como una grosería y una señal de mala fortuna, dicha superstición nace desde la época del dramaturgo francés Jean-Baptiste Poquelin, ‘Moliére’ quien murió en el escenario. Se cuenta que en febrero de 1673, Moliére estrenó la obra ‘El enfermo imaginario’, y vestía de amarillo. En plena representación se sintió indispuesto y pocas horas después murió en su casa. Desde entonces, se considera que este color no es bueno encima del escenario.

Invocar el nombre de Macbeth entre los personajes de la obra es casi un sacrilegio, en lugar de decir eso, mencionan la frase ‘obra escocesa’, entre la gente de teatro existe un ritual en el caso de que alguien la pronuncie para limpiar la maldición: salir del teatro, escupir en el suelo, girar sobre sí mismo tres veces y pedir a gritos poder volver a entrar en la sala.

El origen de dicha creencia no es claro, pero se menciona que el propio Shakespeare marcó su obra por la inclusión de conjuros y maldiciones auténticas en el guion, mientras que otros argumentan que a las brujas reales no les aagradó el trato que recibieron en la obra y la maldijeron.

Está prohibido silbar

Silbar en escena es sinónimo de mala suerte. Por lo menos para quien lo haga, ya que la tradición exige que sea despedido. Todo parece provenir de la época en que no había otra forma de comunicación que la voz, los técnicos transferían las indicaciones del director a través de silbidos, pero si una persona ajena lo hacía podría producir un accidente en escena.

No se te ocurra tejer una prenda de lana, ya que eso significa mala suerte para todo el reparto de la obra.

El escenario no debe quedar totalmente a oscuras, dicha superstición va de la mano con la creencia en los fantasmas, para ahuyentarlos del escenario es necesario mantener prendida siempre una luz ya sea detrás del escenario o entre cajas. En el mundo del teatro son famosas las leyendas sobre fantasmas y una de ellas dio vida a una gran puesta en escena, la obra de Gastón Lerroux, ‘El fantasma de la ópera’.

Nunca enviar claveles a los actores o actrices, la creencia indica que durante el siglo XIX los teatros contrataban a los participantes por temporada y su manera de comunicar la renovación del contrato o el termino era con el envío de flores. Sutilmente se enviaban rosas para anunciar su estancia, pero si por alguna razón recibían claveles, era la forma más penosa para indicarle al actor que estaba despedido.

¿Qué otras creencias o supersticiones crees que existen en el mundo del teatro?