Alejandra Hass

Mujer y sociedad: una mirada panóramica a las desigualdades

El avance en la inclusión laBORAL de las mujeres debe partir de la no discriminación más elemental

Mujer y sociedad: una mirada panóramica a las desigualdades
Mena Sánchez Cuevas. S/T, Serie Mujeres. Foto: Cortesía

En 2018 se llevaron a cabo en El Colegio Nacional las Segundas Jornadas de Sociedad y Mujer convocadas por las colegiadas Concepción Company Company, Linda Rosa Manzanilla Naim y María Elena Medina Mora. Publicado en 2020, Desigualdades. Mujer y sociedad es el título que recoge 13 ponencias de las destacadas panelistas. Partiendo del hecho de que las mujeres, a pesar de que constituyen 50 por ciento de la población mundial, han sido tratadas como minoría y por tanto excluidas, maltratadas y discriminadas por el otro 50 por ciento; las coordinadoras se proponen, a la luz de los avances respectivos en las últimas décadas, hacer un balance general del estatus de igualdad de género en México.

En la introducción a la primera parte, Mujer y trabajo, la arqueóloga Linda Rosa Manzanilla habla sobre el rol de la mujer en las culturas antiguas como un antecedente que explica su función en las sociedades modernas. Participan Silvia Giorguli y Gina Zabludovsky, quienes establecen relaciones entre niveles de escolaridad y desarrollo laboral, el difícil acceso de las mujeres a los puestos directivos, o bien, la participación proporcional por género en los diversos sectores productivos. El avance en la inclusión laboral de las mujeres debe partir de la no discriminación más elemental pues, como señala Alejandra Hass, ésta se puede ver agravada cuando se cruza con el racismo o el clasismo; las mujeres indígenas, las migrantes o las que presentan alguna discapacidad son doblemente discriminadas. No se ha valorado a cabalidad, nos dicen, la aportación de las mujeres en los sectores productivos; es destacable la reflexión que Silvia Giorguli hace sobre el llamado “bono de género”, que es al beneficio que reciben las economías nacionales cuando se incrementa la participación laboral de las mujeres.

Foto: Mena Sánchez Cuevas. S/T, Serie Mujeres.

Al respecto, Luz Helena Osorio propone la creación de un Sistema Nacional de Cuidados destinado a resolver la atención a personas dependientes, tarea que ocupa el tiempo productivo de muchas mujeres. Contar con un sistema de esta naturaleza significaría una gran transformación de la economía del cuidado. ¿Qué pasaría si todas las mujeres que se emplean a tiempo completo en atender a los niños o a los adultos mayores pudieran contar con un trabajo de medio tiempo que les permitiera un desarrollo más integral y una justa remuneración económica, y que las instituciones públicas asumieran profesionalmente el cuidado de quienes ahora ellas son responsables? Sin duda, todos los integrantes de esas familias obtendrían un impacto positivo y la sociedad, en su conjunto, contaría con la expansión del talento de esas mujeres en los ámbitos productivos. Lamentablemente para nuestro país, vemos algunos retrocesos como la desaparición de las estancias infantiles subsidiadas por el gobierno federal.

En la presentación del segundo eje, Mujer y salud, la psicóloga María Elena Medina Mora enumera las manifestaciones de la inequidad de género en esta materia. Al respecto, Rosario Cárdenas ejemplifica el rezago que tenemos según los indicadores de esperanza de vida, de mortalidad materna y de embarazo adolescente, mismos que se agravan en las zonas con mayor índice de pobreza. De igual modo, Patricia Uribe habla de la necesidad de establecer protocolos especiales de atención sistematizada para las enfermas de VIH, toda vez que suelen ser mujeres inesperadamente infectadas por sus cónyuges. En general, las autoras identifican diversas formas de violencia y su afectación en la salud de las mujeres. Así, Guillermina Natera y Lucina Ramos presentan ejemplos de los graves trastornos físicos y mentales de la violencia doméstica y el alcoholismo de los cónyuges tales como lesiones de todo tipo, o bien la aparición de comportamientos destructivos, como el consumo de drogas o hasta el suicidio.

En la última parte, Mujer, educación y cultura, coordinada por la lingüista Concepción Company, se explora la situación de exclusión de las mujeres de los ámbitos educativos, científicos y culturales. Al respecto, Silvia Torres muestra cómo las mujeres tienen menor inserción en las así llamadas ciencias duras, y una mayor participación en las ciencias sociales y las humanidades. Sobre la integración de los cuerpos académicos en razón de género, específicamente en la UNAM, la también colegiada Julia Carabias ofrece un panorama que reporta avances, pero señala algunos pendientes como el reto de armonizar la incompatibilidad entre la edad reproductiva y su momento de vida para emprender estudios de posgrado. Por su parte, Sabina Berman se ocupa de la conformación desigual de algunas instituciones de divulgación cultural, como la Academia Mexicana de la Lengua, entre otras, que cuentan con un porcentaje mínimo de mujeres; para abatir esta desproporción, propone como medida provisional la creación, por ejemplo, de un Colegio Nacional exclusivo para mujeres.

C. Foto: Isela Vera Islas. S/T, 2012.

En fin, las propuestas que las autoras presentan para reducir la desigualdad son muy diversas y por tanto discutibles; pero todas coinciden en que, a mayor acceso de las mujeres a la educación, más corta será la brecha de desigualdad. Un dato significativo que menciona Patricia Galeana, a propósito de los beneficios individuales y sociales derivados de la preparación académica de las mujeres, es que en un estudio realizado en la UNAM se concluyó que los estudiantes con mejores promedios eran hijos o hijas de madres con mayor grado de escolaridad.

Prácticamente todos los textos ofrecen datos estadísticos que fundamentan las afirmaciones de sus autoras, por lo que la publicación brinda una enorme riqueza informativa para posteriores reflexiones. Sobre todo, su lectura es un estímulo a la imaginación creativa para la búsqueda comprometida de soluciones como un llamado urgente a combatir las desigualdades con soluciones que, a decir de la también coautora Sara Sefchovich, tendrán que venir desde la lógica de la paz, las familias y la sociedad misma.

PORTADA DEL LIBRO. Desigualdades. Mujer y sociedad (2020), El Colegio Nacional.

Por Teresa Vicencio Álvarez

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