No es una falsedad cuando decimos que siempre es importante aprender de todos los campos, desde el de la salud hasta el de la mecánica, nunca sabes en qué momento necesitarás de un amigo capacitado que incluso pueda salvarte la vida en caso de por ejemplo un ataque de epilepsia.
Se trata de una convulsión más larga de las que la persona presenta normalmente o es una cantidad inusual de convulsiones para la persona. Se repiten las convulsiones en pocos minutos. Se repiten las convulsiones y no se ha recuperado el conocimiento o comportamiento normal entre ellas (estado epiléptico).
¿Qué es la epilepsia?
Las convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves.
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Las personas con epilepsia suelen tener más problemas físicos (como fracturas y hematomas a causa de traumatismos relacionados con las convulsiones) y tasas más altas de trastornos psicosociales, entre ellos ansiedad y depresión. Asimismo, el riesgo de muerte prematura en las personas epilépticas es hasta tres veces mayor que en la población general, registrándose las tasas más altas en los países de ingresos bajos y medianos y en las zonas rurales.
¿Qué hacer durante un ataque de epilepsia?
- Mantener la calma: La persona se recuperará por completo en unos minutos después de la crisis. Si su respiración está interrumpida se reanudará en poco tiempo.
- Evitar golpes y otros peligros. Nunca sujetarle o interferir en sus movimientos, excepto para evitar la caída brusca. Apartar objetos con los que se pueda golpear, aflojar la ropa demasiado apretada. Si camina sin rumbo o está agitado no restringirle salvo que se dirija hacia una zona de peligro.
- Dirigirse al paciente con un lenguaje calmado, no amenazante.
- Tumbar sobre un costado. Después de una crisis generalizada tónico clónica, cuando ya han cesado las convulsiones y el paciente está somnoliento, es aconsejable tumbarle de lado, sobre un costado. De esta forma si se produce un vómito éste no pasará a sus pulmones.
- Ayudar al enfermo a respirar. Es importante asegurarse de que las vías respiratorias – nariz y boca – estén despejadas. Esto se consigue colocando al paciente sobre un costado. No es necesario practicar la resucitación cardiorrespiratoria cuando el diagnóstico de crisis epiléptica es claro.
- Observar. Atender a lo que ocurre durante la crisis, con vistas a relatarlo al médico, será la clave para un buen diagnóstico y por tanto para un adecuado tratamiento.