Está práctica se comienza a naturalizar

La violencia vicaria en el espectáculo

Los problemas de las figuras públicas toman relevancia en esta dinámica

La violencia vicaria en el espectáculo
El cantante es uno de los claros ejemplos de este problema Foto: Archivo

La violencia vicaria toca el fondo de nuestras sociedades modernas, porque se reproduce a través de figuras públicas y sus conflictos familiares, así lo analiza Jessica Sánchez, activista y fundadora de la organización Morras para Morras, quien ofrece una perspectiva crucial sobre la imagen que personajes del ámbito musical, como Cristian Nodal y Santa Fe Klan, proyectan a través de sus actitudes hacia la paternidad y sus ex parejas.

El fenómeno de la paternidad irresponsable

Jessica, con voz serena pero firme, explica el fenómeno que está tomando fuerza en el escenario mediático. "Estos artistas, figuras de renombre y representantes de géneros musicales tan influyentes como el regional mexicano de Nodal y el rap urbano de Santa Fe Klan, no son ajenos a la problemática de la paternidad irresponsable", afirma. Ambas estrellas, con millones de seguidores, han protagonizado controversias mediáticas relacionadas con sus responsabilidades como padres, especialmente en cuanto a los conflictos legales con sus exparejas, quienes luchan por una pensión alimenticia para los hijos que ambos tienen en común.

La paternidad es una actividad que no todos los hombres están dispuestos a realizar. Foto: Archivo

Cristian Nodal, conocido por su estilo característico dentro del género regional mexicano, ganó popularidad a una edad temprana gracias a sus baladas rancheras que conquistaron tanto a jóvenes como a adultos. Sin embargo, su vida personal también estuvo marcada por fuertes altibajos, incluidos los desencuentros con su expareja, la cantante Cazzu, madre de su hija. De igual forma, Santa Fe Klan, uno de los exponentes más importantes del rap mexicano y cuya carrera se ha catapultado debido a su estilo, ha estado en el centro de la controversia por su separación con Mayan Azor, lo que derivó en un conflicto mediático sobre la pensión alimenticia y la crianza compartida de su hija.

Una paternidad de fachada

Ambos casos, aunque distintos en la superficie, coinciden en un patrón común: una paternidad de fachada que tiende a exponer las figuras como víctimas, mientras minimizan las responsabilidades emocionales y logísticas que implica la crianza. "Lo que vemos es un fenómeno mucho más amplio de machismo estructural que no se limita a un género musical.

Las niñas y niños son los más afectados. Foto: Archivo

Los seguidores de estos artistas, en su mayoría jóvenes, tienden a normalizar comportamientos que no deberían ser tolerados, como la minimización de la importancia de la pensión alimenticia o, peor aún, la descalificación de las madres como ‘interesadas’ o ‘monedas de cambio’ en estos conflictos”, señala Jessica.

La manipulación emocional

La violencia vicaria, ese término poco conocido que se refiere a la violencia emocional que los padres ejercen a través de la manipulación de los hijos o la imposición de obstáculos a las madres para que estas no puedan acceder a una crianza equitativa, se presenta en estos conflictos familiares con una claridad alarmante. "Lo que está en juego no son solo los derechos de los padres o las mamás, sino la estabilidad emocional y física de los menores. A menudo, la narrativa mediática y social está tan polarizada que los verdaderos intereses, los de los niños y su bienestar, quedan completamente invisibilizados", reflexiona la activista.

Jessica hace un llamado a cuestionar las narrativas simplistas que a menudo nos presentan figuras públicas como ejemplos a seguir. "Estamos ante una sociedad que tiende a justificar las actitudes de ciertos artistas por el hecho de que son famosos, pero no nos damos cuenta de que esos comportamientos tienen repercusiones que van más allá de los titulares. Los menores expuestos a estas dinámicas, tanto a nivel familiar como social, pueden quedar profundamente marcados", explica.

La responsabilidad de los medios y del público

El mensaje que Jessica deja es claro y directo: "No se trata solo de tomar partido en una controversia pública, sino de mirar más allá de la máscara de celebridad y ver las implicaciones de las conductas que promueven, especialmente cuando esas conductas normalizan la violencia emocional hacia los más vulnerables". La responsabilidad recae tanto en los medios de comunicación como en el público para promover una cultura de equidad en la crianza y la resolución de conflictos.

Con la asociación civil Morras para Morras, Jessica y su equipo continúan trabajando para dar visibilidad a estos temas y generar una conciencia crítica en torno a la paternidad responsable. "Nosotras buscamos no solo cuestionar, sino también educar y apoyar a las mujeres y a las familias en estos procesos tan complejos", afirma con determinación.

"Las figuras públicas no deben ser excusas para perpetuar comportamientos dañinos, y la responsabilidad de los padres debe ir más allá de lo que dictan las redes sociales o las polémicas públicas", concluye. En tiempos en los que la violencia vicaria se oculta tras el brillo de los escenarios y las cámaras, el trabajo de organizaciones como Morras para Morras es más urgente que nunca.

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