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Mujer que viajó a más de 50 paises advirtió a qué destino no regresaría

Una joven periodista ha recorrido naciones en los cinco continentes, y de todos esos destinos, hay uno que no tiene intención de volver a pisar jamás.

Mujer que viajó a más de 50 paises advirtió a qué destino no regresaría
Mujer que visitó 55 países dijo a que destino no volvería Mujer que visitó 55 países dijo a que destino no volvería. Fuente: El Heraldo de México

Cada vez más personas eligen el viaje como un estilo de vida. Esta tendencia, impulsada por el acceso global a la información, la flexibilidad laboral y el deseo de explorar el mundo, ha ganado popularidad en los últimos años. Viajar no es solo una actividad ocasional para estas personas, sino una forma de conectar con diferentes culturas, adquirir nuevas experiencias y aprender sobre uno mismo. Algunos lo hacen por trabajo, otros por pasión, pero todos comparten la idea de que el mundo es un lugar vasto y fascinante que merece ser descubierto.

Viajar por el mundo. Fuente: Archivo

Viajar a diferentes países tiene una importancia fundamental tanto en el plano personal como profesional. Cada lugar tiene algo único que ofrecer, desde su historia hasta sus tradiciones y gastronomía, lo que enriquece la vida de quien se aventura a descubrirlo. En esta nota te contamos la historia de la periodista irlandesa Alice Murphy, quien ha visitado 55 países y solamente a uno no regresaría. 

Viajar por el mundo. Fuente: Archivo

EL ÚNICO PAÍS AL QUE NO VOLVERÍA ALICE MURPHY

Según relató la periodista irlandesa Alice Murphy para Metro, desde pequeña sintió una profunda curiosidad por explorar el mundo en su totalidad, una fascinación que surgió influenciada por un globo terráqueo que sus padres le regalaron. Esta pasión por conocer nuevos lugares se ha reflejado en la impresionante cantidad de países que ha visitado: a los 31 años, ha recorrido 55 naciones en los cinco continentes, y de todos esos destinos, hay uno que no tiene intención de volver a pisar: Catar.

Qatar. Fuente: Archivo

Alice comparte que lo primero que le llamó la atención al llegar a Doha fue el silencio. Aunque es la capital del país, las calles estaban desiertas, a pesar de la presencia de lujosos autos como Rolls Royce y Maseratis brillando bajo el sol del desierto. “Las aceras estaban vacías, porque en Catar nadie camina por las calles”, describe. Un camarero al que se acercó sorprendida, le explicó que, en su cultura, conducir es preferido sobre caminar, lo que hace que la ciudad tenga una atmósfera casi clínica: “Un mar desierto de rascacielos con muy poca vida a su alrededor”. Las únicas personas que ella observó en las calles eran su pareja y trabajadores de la construcción, protegidos del sol.

Cuando visitó Souk Wakif, un mercado tradicional que se supone es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, Alice se encontró con una experiencia similar. Aunque el mercado data del siglo XIX, las modificaciones recientes lo han hecho parecer más bien una versión esterilizada y artificial de un mercado tradicional, comparándolo con los bulliciosos bazares de Marruecos o Jerusalén, a los cuales les falta "un poco de alma", según su opinión.

Tras quedar decepcionada con la capital, Alice se dirigió a Lusail, la segunda ciudad más poblada del país, ubicada a unos 20 kilómetros de Doha. Al llegar, observó que las dos ciudades se funden tan bien que resulta difícil distinguir dónde termina una y comienza la otra. Sin embargo, al llegar a las Torres de Katara, un impresionante complejo con la forma de dos cimitarra cruzadas, Alice quedó deslumbrada por la opulencia del lugar. Describió la lujosa decoración, que incluye oro de 18 quilates incrustado en las paredes y el candelabro más grande del mundo, de 56 metros de altura. “Si lo que buscas es quedar asombrado, este es tu lugar”, comentó.

También visitó el Museo de Arte Islámico de Doha, que describió como la “joya de la corona” de la ciudad. Diseñado por el arquitecto Ieoh Ming Pei, conocido por proyectos como la Pirámide del Louvre, el museo es sin duda una maravilla arquitectónica. Sin embargo, a pesar de las impresionantes obras de arte que vio, Alice no encontró en la visita una gran carga emocional. Aunque deja abierta la posibilidad de que una estadía más larga, que incluyera un paseo en buggy por el desierto o una cena con una familia catarí, podría haberle dado una visión más profunda de la ciudad desde la perspectiva local.

Sin embargo, lo más polémico de Catar no es tanto esa "falta de alma" que Alice percibió, sino las graves violaciones a los derechos humanos que se hicieron visibles durante la celebración del Mundial de la FIFA 2022. Se denunció el uso de mano de obra esclava en la construcción de los estadios, y también las leyes que criminalizan la orientación sexual, ya que Catar es uno de los 70 países en el mundo donde ser LGTB es considerado un delito.

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