La ciudad de Culiacán está llena de mansiones que alguna vez fueron ocupadas por supuestos criminales o líderes de poderosos cárteles de las drogas que después de ser detenidos o emprendieron la huida, en busca de refugio en la sierra, las dejaron abandonadas a su suerte y por años la maleza comenzó a devorar sus acabados de lujo.
Los únicos testigos que quedan de estas enormes mansiones, ubicadas en algunas zonas de Culiacán, en el estado de Sinaloa, es la naturaleza que comienza a tomar su lugar, cubriendo los lujos que un día fueron el disfrute de supuestos narcos y de la servidumbre, que gracias a un documento hallado en el piso de la cocina, se registraba que la cocinera ganaba 2 mil 400 pesos semanales por su servicio.
Estas enormes mansiones están destrozadas y en el abandono total
Otros papeles tirados y hasta una caja fuerte dan registró de cómo se vivía en esa mansión, además de los cientos de cuartos y habitaciones que aún guardan muebles de lujo, objetos de baño, una parrilla oxidada, una canasta de basquetbol y una inmensa alberca a la entrada del inmueble. Sus pasillos parecen infinitos, conectan la casa de una calle hasta la otra, dando vida a un laberinto lleno de lujos.
En el camino puedes hallar de toda clase de objetos personales y en alguna de las paredes se alcanzan a ver disparos de armas de grueso calibre. El tiktokero Héctor Frank no da más información de su ubicación, por seguridad, y por el riesgo que conlleva meterse a estos lujosos inmuebles, donde no se sabe qué tipo de personas o situación se puede encontrar.
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