A pesar de las leyes y campañas para combatir la homofobia en México y en el mundo, los actos de odio en contra de la comunidad LGBT+ continúan siendo parte de la cotidianidad. Sin embargo, son cada vez más las personas que se unen para luchar a favor de los derechos y la diversidad. Tal es el caso de dos profesores españoles que decidieron alzar la voz y demostrar que están dispuestos a ser dignos aliados para que las personas puedan expresar su identidad de género o su orientación sexual sin temor alguno.
Manuel Ortega, maestro de la escuela Virgen de Sacedón y Borja Velázquez, jefe de estudios de la misma institución, acudieron a clases vestidos de falda, a pesar de que es una prenda del uniforme escolar que suele asociarse al género femenino. Esta protesta se desencadenó en Valladolid después de que uno de ellos escuchara a un alumno haciendo comentarios homófobos a otro de sus compañeros, quien portaba una sudadera con dibujos animados pertenecientes a un manga.
¿Por qué tomaron esta decisión?
Preocupado, Manuel Ortega comentó la situación con el jefe de estudios. A partir de lo alarmante de los acontecimientos, ambos decidieron recurrir a esta medida que podría significar una lucha en contra de los prejuicios, pero también de la homofobia. Con el plan entre manos, los docentes se presentaron al colegio a trabajar en falda. La situación sorprendió a los estudiantes, quienes escucharon atentamente la explicación que sus maestros les dieron.
Una de las lecciones más importantes fue que el modo de vestir no determina el valor de una persona, pues cada quien es libre de elegir las prendas con las que quiere salir de casa. Esto representó un debate sobre la diversidad, la tolerancia y, por supuesto, sobre la homofobia. De acuerdo con El País, los profesores argumentaron que este tipo de prejuicios suele adquirirse desde casa y replicarse en el colegio.
Te podría interesar
¿Cómo fomentar la tolerancia?
Además de demostrar que todas las personas pueden vestirse como les plazca, los profesores concientizaron a sus alumnos respecto a las actividades que suelen categorizarse como "de niña" o "de niño" y les aseguraron que son tan libres de jugar fútbol como de jugar a la cocinita. A partir de esta protesta, los profesores han notado un cambio significativo en sus alumnos, quienes se muestran más respetuosos ante los gustos diversos de los demás.
Sin embargo, los docentes están conscientes de que esto es solo un paso hacia el respeto, pues debe complementarse con muchas más acciones que fomenten la tolerancia hacia la diversidad, que eliminen las conductas tóxicas y que erradiquen la violencia, mismas que se han implementado en el colegio con el objetivo de generar una mejor comunidad.
aar