Este año, Netflix estrenó el documental “Seaspiracy”, dirigido y protagonizado por Ali Tabrizi, un cineasta británico que se enfocó en el impacto ambiental que genera la industria pesquera en el océano.
A lo largo de la producción es posible observar el impacto humano en la vida marina. Desde los desechos marinos de plástico hasta las redes fantasma y la sobrepesca. El argumento principal en el que se enfoca la película es que no se puede hablar de una “pesca sostenible”, pues el mayor plástico que llega al océano proviene de la industria pesquera.
Crítica a la industria pesquera
Una de las afirmaciones más fuertes dentro del documental es que los sindicatos que están detrás de la pesca ilegal son los mismos que están detrás de los grupos criminales, del tráfico de drogas, tráfico de personas y otros crímenes. El director del documental afirmó que la mayor crueldad no está únicamente en los botes industriales, sino en las personas que trabajan en ellos.
Además, a lo largo de “Seaspiracy” se puede observar una crítica constante hacia organizaciones de conservación marina, las etiquetas que utilizan y las certificaciones que poseen los productos de “pesca sostenible”.
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El director hace un llamado a no apoyar la industria y optar por otro estilo de vida
El documental abarca también la caza de delfines de Tajín, la caza de ballenas en las Islas Feroe y la esclavitud dentro de la industria pesquera en Tailandia.
En el tráiler del documental, el director afirma que el océano lo ha fascinado desde que era muy pequeño, pero que la visión romantizada de las aguas azules se transformó completamente. Ali confrontó una versión de la historia que jamás hubiera podido imaginarse; a tal grado de considerar adoptar una dieta solo a base de plantas, pues él cree que la única opción es “no apoyar esta industria”.
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