Luis Javier e Itali comenzaron el año 2020 con un cambio emocionante: pasarían seis meses viviendo en Francia, llegando a la pequeña ciudad alpina de Chambéry, cerca de las fronteras de Italia y Suiza. Después de un flujo eterno de papeleo, búsquedas por abrigos de invierno, viajes a la embajada francesa para obtener la visa de estudiante, entre otros aspectos del círculo vicioso de la burocracia, su viaje pudo comenzar.
Las primeras semanas en Chambéry fueron de acostumbramiento, perdidos en la traducción y encontrando su camino en la pequeña ciudad. Es extraño que estudiantes mexicanos lleguen a esa región del país, no obstante, la ciudad era perfecta a consecuencia de que es un lugar en donde más del 60% de su población son universitarios, esto ya que funge como casa de la gran Université Savoie Mont Blanc desde 1979.
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6 cosas que no sabías de Chambéry:
- Es la capital de la zona de Saboya (Savoie).
- Fue fundada en 1232 por la Casa de Saboya (familia noble del norte de Italia)
- La ciudad está a las orillas del Lago Bourget, el lago natural más grande de Francia.
- Es la ciudad natal de muchos personajes históricos; uno de ellos es Jean-Jaques Rousseau.
- La Université Savoie Mont Blanc ha hecho que se vuelva un punto de llegada para estudiantes extranjeros, principalmente italianos.
- Su centro histórico fue bombardeado en 1944 (Segunda Guerra Mundial).
Por supuesto que nada les parecía igual a su país natal: el idioma era una barrera, el supermercado no tenía nada familiar, las calles miraban como se perdían y el clima los enfriaba más de lo esperado. Pero con el paso del tiempo, se sintieron como en casa. Las conexiones llegaron naturalmente e hicieron amigos para toda la vida de cada rincón del mundo. El día a día enriqueció su conocimiento del idioma. La comida, la cultura y la amabilidad de los franceses llenaron su corazón incluso cuando el COVID comenzó a abrirse camino en el mundo.
Como en todo el mundo, el COVID se apoderó de todo extremadamente rápido, todos los estudiantes europeos comenzaron a regresar a sus ciudades con facilidad, gracias a la cercanía, pero los que tenían que atravesar el mundo para regresar a su casa todavía presenciaban incertidumbre.
A finales de marzo, era inevitable: todos tendrían que dejar Chambéry.
Cuando quedó claro que habría que decir adiós, los pocos días que restaban se vivieron a su máximo, rodeados de nuevos amigos y viejos recuerdos. A pesar de que solo estuvieron poco más de dos meses en el viejo continente, esa ciudad vio a Luis Javier e Itali crecer, aprender y disfrutar de la vida más que nunca. Desafortunadamente, esta tendría que seguir viva en su memoria y tendrían que continuar creciendo de otra manera, mientras regresaron a enfrentarse a la pandemia en su México.
Al tocar territorio azteca, ambos se dieron cuenta de que no eran los únicos que acababan de perder una de las oportunidades más grandes que la vida les había puesto; esta pandemia afectó a una innumerable cantidad de estudiantes en el extranjero que buscaban emigrar a otro lado para vivir experiencias inigualables. Pero todas acabaron igual, regresando a casa a ser víctimas del encierro, con la esperanza de poder regresar algún día.