Desde afuera

Trump y sus medios

La brutal descripción de Janet Daley en el diario británico The Telegraph es aún más complicada porque no surge de elementos del partido demócrata

Trump y sus medios
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

"Si es usted un observador de los acontecimientos en Washington, habrá notado que cada rueda de prensa y pronunciamiento en la Casa Blanca por parte de un miembro del equipo de (Donald) Trump va precedido de una efusión de adulación hacia el propio presidente. Cualquier acción, decisión u objetivo (supuestamente) alcanzado se atribuye directamente al Gran Líder, cuya voluntad personal es, aparentemente, la única fuerza que determina el destino de la nación".

La brutal descripción de Janet Daley en el diario británico The Telegraph es aún más complicada porque no surge de elementos del partido demócrata o de grupos izquierdistas, sino de una escritora y un diario conservadores.

La formulación explica en mucho el respaldo a Trump, o más bien la virtual invulnerabilidad de Trump y su gobierno ante errores que  costarían renuncias y pérdidas de apoyo a otros mandatarios.

En términos prácticos, los seguidores de Trump no leen medios críticos y, en cambio, desdeñan lo que publica la prensa tradicional. Para algunos, incluso, Trump es un mensajero divino.

Algunos cuestionan esa visión, pero en realidad son los menos en esa parte del espectro. Y para ser justos, puede afirmarse que los críticos de Trump no quieren creer que es capaz de algo positivo.

Eso es quizá la mayor de las ventajas de que ahora goza Trump: hay todo un sector de prensa, o por lo menos, de creadores de contenido y espacios en redes sociales, que son sus partidarios, o por lo menos, de posturas derechistas en la sociedad y la cultura estadounidenses.

Ese sector, marginal por décadas, está ahora en el centro del relanzamiento político de un renacimiento nacionalista y religioso que en muchas de sus posturas parece directamente vinculado con "el susto rojo" y el macartismo que sacudieron Estados Unidos a mediados del siglo XX y llevaron a la famosa "cacería de brujas" en Hollywood y el gobierno de ese país.

Pero esta vez los enemigos no son los comunistas, sino los liberales, los políticamente correctos –que incluyen a los tolerantes de minorías étnicas, culturales y sexuales– y los globalistas.

Y por primera vez, ese grupo no solo tiene el reconocimiento sino el favor del Ejecutivo, al grado que Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca, estableció un lugar en la sala de prensa especialmente para que personalidades de los medios conservadores o derechistas le hagan preguntas.

A cambio, literalmente ha marginado a la agencia The Associated Press por resistirse a usar el término "Golfo de América" decretado por Trump en vez del histórico Golfo de México, como usa el resto del mundo.

Pero la burbuja donde se mueve lo permite.

Hace un par de días, ante el escándalo creado por las revelaciones de la revista The Atlantic sobre un "chat" presuntamente secreto entre funcionarios del gabinete en una plataforma comercial, el empresario Elon Musk aseguró en su plataforma X que a nadie le importaba. Después de todo, había sido publicada en The Atlantic y "nadie" leía esa revista.

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POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                                   

@CARRENOJOSE

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