DILEMAS MILLENNIALS

¿Está mal no prestar dinero a tu familia?

Frases como “la familia es primero”, “la familia lo es todo” y “la familia está en las buenas y en las malas”, refuerzan la lealtad que debemos tener y negarse a prestar dinero

¿Está mal no prestar dinero a tu familia?
Dulce Elena Galindo Villa / Dilemas Millennials / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Decirle que no a un amigo cuando te pide dinero prestado es incómodo, pero decirle que no a un familiar se siente como una traición. Cuando me he negado a prestar dinero, no puedo dejar de pensar que soy una mala persona. Porque en mi familia, ayudar con dinero es una forma de mostrar afecto, incluso a costa de tu estabilidad, pero, ¿qué tan sano es siempre ceder ante esa presión?

Frases como “la familia es primero”, “la familia lo es todo” y “la familia está en las buenas y en las malas”, refuerzan la lealtad que debemos tener y negarse a prestar dinero puede sentirse como una violación a este mandamiento. De hecho, los préstamos familiares son muy comunes en México, el 63.2% de la población prefiere pedir un préstamo a familiares o amistades en vez de usar tarjetas de crédito o recurrir a instituciones financieras (ENSAFI 2023).

Sin embargo, prestar dinero a un familiar que puede parecer un gesto de apoyo incondicional o cariño, también puede ocasionar serios problemas tanto financieros como personales.

Hablando sobre las desventajas de prestar dinero a la familia con Claudia Martínez, Embajadora BIVA y portavoz de educación financiera en México, y considerando mis experiencias personales, estas son las más comunes:

  • Falta de responsabilidad por parte del deudor: En muchos casos, los familiares no asumen el compromiso con la seriedad necesaria, lo que puede resultar en un incumplimiento de pago.
  • Falta de límites: Al haber confianza de por medio nos da pena establecer reglas y préstamos dinero sin acuerdos claros lo que genera malentendidos.
  • Impacto en tu estabilidad financiera: Cuando el dinero no se devuelve a tiempo o llega en pagos parciales, puede desequilibrar tus finanzas personales y ponerte en aprietos económicos.
  • Desgaste emocional: Tener que estar cobrando de manera constante o lidiar con la falta de pago puede provocar discusiones y generar distanciamiento, afectando tu salud emocional.
  • Ciclo de dependencia financiera: Si prestas dinero de manera recurrente, tus familiares pueden verte como una solución rápida y fácil a sus problemas económicos, lo que fomenta la dependencia y perpetúa el problema.

Decir "no" cuando te piden prestado no significa ser egoísta, sino priorizar tu estabilidad financiera. El egoísmo se podría aplicar cuando nos negamos a ayudar, sin tener en cuenta las circunstancias y especialmente si tenemos la capacidad de hacerlo. Por otro lado, cuidar de tu estabilidad financiera implica tomar decisiones que prioricen tu presupuesto y tus objetivos financieros.

Consejos para decidir si prestar o no a un familiar

  • Evalúa tu situación financiera: Antes de decir sí, revisa tus ingresos, presupuesto personal y planes a futuro. No prestes más allá de lo que puedes permitirte.
  • No te sientas culpable por no tener dinero: El costo de la vida ha aumentado de manera importante en los últimos años. No te endeudes solo para cumplir con la expectativa de ayudar. No tener dinero para prestar no te hace una persona menos exitosa ni menos valiosa.
  • Analiza el motivo del préstamo: No todos los motivos justifican un sacrificio económico. Si el préstamo es para una necesidad secundaria (como un viaje o un arreglo de auto), lo más sensato puede ser decir que no. Si hay un riesgo vital, ahí sí podrías considerar hacer una excepción.
  • Establece reglas claras: Aunque suene incómodo, establecer condiciones puede evitar malentendidos. Puedes manejar un pequeño interés, acordar una fecha límite o incluso pedir una garantía. Si el acuerdo no se cumple, es una señal para no volver a prestar.

Otorgar préstamos a familiares puede parecer un acto generoso, pero en la práctica a menudo genera más problemas que soluciones. Los riesgos y tensiones que surgen, junto con las posibles pérdidas financieras, pueden ser un precio demasiado alto.

POR DULCE ELENA GALINDO VILLA

COLABORADORA

@DULCEGALINDOVILLA

MAAZ

 

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