Columna invitada

Canadá y el futuro de la región

La renuncia de Trudeau –tras casi una década en el cargo– respondió a un deterioro sostenido de su popularidad y a divisiones internas en el Partido Liberal

Canadá y el futuro de la región
Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La dimisión de Justin Trudeau como primer ministro de Canadá anticipó las elecciones generales originalmente programadas para octubre. La ciudadanía canadiense acudirá a las urnas el próximo 28 de abril, en medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos.

La renuncia de Trudeau –tras casi una década en el cargo– respondió a un deterioro sostenido de su popularidad y a divisiones internas en el Partido Liberal. En enero pasado, los sondeos mostraban un panorama sombrío para los liberales, que enfrentaban una desventaja de casi 25 puntos frente a los conservadores liderados por Pierre Poilievre.

El 14 de marzo, el exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, Mark Carney, asumió como premier. Es el primer jefe de gobierno canadiense no emanado del Parlamento. Sin embargo, su llegada provocó un giro inesperado en las preferencias electorales. Las encuestas más recientes de la CBC conceden una ventaja de menos de tres puntos para los liberales, en virtual empate técnico con el Partido Conservador.

Así, lo que hasta hace unas semanas se perfilaba como un referéndum sobre el desempeño gubernamental –con una campaña centrada en temas como el acceso a vivienda, la inflación o el impuesto al carbono– se ha transformado en una contienda dominada por las tensiones con EE. UU. y la defensa de la soberanía canadiense frente a las amenazas arancelarias y la retórica anexionista de Donald Trump.

En ese escenario, tanto Carney como Poilievre intentan posicionarse como el candidato mejor capacitado para enfrentar los desafíos que representa la segunda administración Trump. El conservador es acusado de estar demasiado alineado políticamente con la Casa Blanca, mientras que el liberal es cuestionado por su falta de experiencia política. De hecho, es la primera vez que compite por un cargo de elección popular.

Sea cual sea el desenlace electoral canadiense, tendrá consecuencias directas para la región y para nuestro país. Si los conservadores llegan al poder, el futuro de la integración económica regional podría tornarse aún más incierto. Sobre todo, considerando las reiteradas coincidencias de Poilievre con Trump en materia migratoria y comercial.

El resultado de los comicios definirá, en gran medida, el ambiente en el que los tres países de América del Norte asistirán a la revisión del T-MEC en 2026. En el escenario de un triunfo conservador, la continuidad del tratado podría dejar de ser un tema prioritario para el gobierno canadiense. México se enfrentaría a una negociación con dos contrapartes sin intereses, principios ni objetivos en común.

De ahí la importancia de seguir con atención el desarrollo del proceso electoral canadiense. Independientemente de las encuestas o los resultados, la diplomacia mexicana debe anticipar escenarios y establecer mecanismos de diálogo institucional con distintos actores políticos canadienses, en todos los niveles.

Las elecciones en Canadá podrían representar un punto de inflexión en la relación trilateral norteamericana. En esa encrucijada, México no puede darse el lujo de ser un simple espectador. El futuro de la región podría depender de nuestra capacidad para diseñar, articular y desplegar una estrategia diplomática hacia Ottawa.

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU

@ruizmassieu

Diputada federal por MC

MAAZ

 

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