Columna Invitada

“Hecho en México”: Sello de calidad que trasciende fronteras

Desde la creación del sello “Hecho en México” en 1978, nuestra industria ha construido una reputación basada en la innovación, la mano de obra altamente calificada y el cumplimiento de los estándares más exigentes del mundo

“Hecho en México”: Sello de calidad que trasciende fronteras
Valentín Diez Morodo / Columna invitada / El Heraldo de México Foto: Especial

Nos encontramos en un momento crucial para el comercio internacional. Los recientes desafíos arancelarios a los productos mexicanos por parte de Estados Unidos nos obligan a reflexionar sobre nuestro rol en el entorno global.

Soy testigo del profundo cambio que ha vivido México en materia económica y comercial. Recuerdo bien los años sesenta y setenta, cuando nuestro país apostaba por un modelo proteccionista. Fue una época de desarrollo con restricciones; sin embargo, la realidad global nos mostró que el camino hacia la prosperidad no estaba en cerrarnos al mundo, sino en integrarnos a él.

México tomó una decisión visionaria al adherirse al GATT en 1986 y, en 1994 al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, mismo que fue reemplazado por el T-MEC en 2020. Desde entonces hemos venido evolucionando, ya que nos hemos convertido en una potencia exportadora, en un actor clave del comercio global, en un país que compite con calidad, innovación y talento. Apostamos por la apertura comercial y esa apuesta transformó nuestra economía.

México ha demostrado que su fortaleza no solo radica en su capacidad productiva, sino en la calidad y excelencia de sus productos. El comercio exterior ha sido la piedra angular de nuestra transformación económica, pasando de ser un país exportador de materias primas a una potencia manufacturera con productos de alto valor agregado.

La etiqueta “Hecho en” tiene su origen en el siglo XIX, cuando el Reino Unido implementó la Ley de Marcas de Mercancías para proteger a los consumidores de imitaciones extranjeras. Sin embargo, con el paso del tiempo, países como Alemania y Japón convirtieron este sello en un sinónimo de precisión, confiabilidad y calidad, fortaleciendo la percepción de sus productos en los mercados internacionales.

En esto, México no es la excepción. Desde la creación del sello “Hecho en México” en 1978, nuestra industria ha construido una reputación basada en la innovación, la mano de obra altamente calificada y el cumplimiento de los estándares más exigentes del mundo. Hoy, este distintivo es mucho más que un indicativo de origen: es un símbolo de excelencia que nos posiciona en el escenario global.

Mi experiencia con Grupo Modelo es un claro ejemplo de ello. Esta empresa, que este año celebra su centenario, ha llevado la calidad mexicana a más de 180 países, consolidándose como una de las marcas más reconocidas en el mundo. Lo mismo sucede con sectores clave como el automotriz, el aeroespacial, el eléctrico y el electrónico, en los que México ha demostrado su capacidad para competir al más alto nivel.

Las cifras hablan por sí solas. En 1994, exportábamos poco más de 60 mil millones de dólares al año; hoy, nuestras exportaciones en 2024, alcanzaron los 617 mil millones de dólares. Y, de esta cifra, cerca del 90% de nuestras exportaciones se originan en el sector manufacturero, lo que demuestra que no solo producimos, sino que agregamos calidad y valor a las cadenas productivas en el mundo.

Este crecimiento no es casualidad. Es el resultado del esfuerzo de generaciones de empresarios, del talento especializado y de nuestra apertura al mundo. Y ahora, con el reciente relanzamiento del sello Hecho en México, anunciado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, tenemos una oportunidad única para reforzar nuestra presencia en el comercio global y consolidar nuestra reputación como un proveedor confiable y competitivo.

En un contexto donde el 74% de nuestro PIB proviene del comercio exterior, es fundamental que sigamos fortaleciendo nuestras industrias, cadenas de proveeduría y plataformas logísticas. México no solo es una potencia manufacturera, sino un actor clave en las cadenas globales de valor y debemos aprovechar cada oportunidad para seguir creciendo.

En el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), nos regimos bajo el lema “llevar al mundo lo mejor de México, traer a México lo mejor del mundo”. No es solo una aspiración, sino una realidad que se refleja en cada producto, en cada exportación y en cada alianza que fortalece nuestra economía y que se convierte en embajadora de nuestro país.

Sigamos apostando por la calidad, la innovación y la excelencia. El futuro de México en el comercio global no tiene límites y juntos, empresarios, sociedad y gobierno, podemos asegurar que el sello Hecho en México siga siendo sinónimo de excelencia y calidad.

Por Valentín Diez Morodo

Presidente Honorario del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE)

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