Comencemos diciendo que ser tiene que ver con el hacer pues en el hacer nos reconocemos y nos reconocen. Estarás de acuerdo conmigo que cuando decimos “él es simpático”, socialmente nos referimos a que dicha persona muestra conductas agradables, y que cuando decimos “ella es enojona”, también nos estamos refiriendo a que ella muestra conductas toscas, que consideramos agresivas directa o indirectamente.
Mientras que Estar con mayúscula, significa poder quedarse quieto, concentrado, atento para centrarse en el aquí y ahora de un momento que pueda durar un segundo, unos minutos, una hora o más, pero que evoque la sensación de haberse vivido en compañía de otra persona, animal, planta o cosa y que ya sea entregando o recibiendo te invite a fusionar tu todo con ese Todo con mayúscula.
Regresemos un poco antes de avanzar. Es importante porque hay que distinguir el hacer como acto corporal con el que manifestamos acciones que de tanto repetir configuran nuestros hábitos, y el hacer fisiológico que se activa desde las señales u órdenes neuronales que activan las funciones de vida en nuestros órganos vitales
Mientras que el tener es un propósito que las personas nos imponemos a nosotras mismas como forma de meta, con la intención de que nos impulse a acumular posesiones, que creemos nos ayudarán a alcanzar la felicidad, paz y comodidad que efectivamente el dinero da.
Sin embargo, hoy, al plantearte esta reflexión quiero proponerte que vayamos un poco más lejos: por qué. Esta cuestión es filosófica, el Ser con mayúscula tiene que ver con el Ser y Estar como persona y con personas, implica nuestras emociones, pensamientos y el movimiento interno y externo de nuestro cuerpo en su totalidad.
En otras palabras, hacer significa hago periodismo, natación, thai chi, atletismo, psicología, economía, matemáticas, finanzas, medicina, comercio, chistes, televisión etc. Esas actividades que hacemos nos permiten obtener dinero y con ese dinero compramos lo que tenemos. Por ejemplo: casa, ropa, vacaciones, boletos de avión, comida, etc.
Mientras que el Ser y Estar, como persona y para personas con mayúscula lo manifestamos en lo que sentimos y pensamos, con respecto a uno mismo, de otras personas, los animales, las plantas, el mundo, las cosas. Podemos hacerlo en la distancia, pero también en la movilidad y cuando nos necesitamos, en momentos de vulnerabilidad, usamos la voz para comunicar lo que sentimos y pensamos, usamos el cuerpo para desplazarnos, encontrarnos y abrazarnos.
Para comenzar el camino de crecimiento hacia el Ser y Estar podrías iniciar por silenciar tus momentos de comida, de caminata en el parque, de paseo matinal, etc. Tú elige el que puedas practicar, si te es posible, pon música suave, inhala y exhala, suelta la música y comienza a centrarte en la actividad, quédate contigo y para ti, fusiónate en la actividad, estás aquí y ahora. Cuando lo hayas logrado, da un paso más y practica esta clase de fusión contigo y para ti, después con ella o él. Es lo que se llama mente plena. Escúchale y obsérvale, seguro; tu intuición te ayudará.
POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA
EEZ
