Columna Invitada

Calumnia inadmisible

Son ellos quienes distribuyen la droga en las calles y escuelas del vecino país, generando un problema de salud pública cuya responsabilidad recae en la sociedad y el gobierno de Estados Unidos

Calumnia inadmisible
Luis Fernando Salazar / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Las calumnias vertidas por la Casa Blanca en el sentido de que el Gobierno de México tiene alianza con organizaciones criminales, no solo son falsas y carentes de sustento, sino que representan un pretexto burdo para justificar intervenir en nuestro país e imponer aranceles a los productos mexicanos que ingresan a los Estados Unidos. A la amenaza injerencista de Washington, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido con firmeza e inteligencia, con la templanza y el sentido de justicia que la caracterizan, forjados a lo largo de una vida dedicada al trabajo científico, al servicio público y a la lucha social.

La Presidenta responde a los calumniadores recordándoles que, en la ruta del fentanilo desde el Lejano Oriente hacia Estados Unidos, México es un país de tránsito y los cárteles de los que se duele el gobierno estadounidense no son propiamente mexicanos sino parte de una organización internacional en la que operan criminales de distintas nacionalidades, incluidos estadounidenses. Son ellos quienes distribuyen la droga en las calles y escuelas del vecino país, generando un problema de salud pública cuya responsabilidad recae en la sociedad y el gobierno de Estados Unidos.

Por si fuera poco, gran parte del dinero que genera el narcotráfico en ese país ingresa a los bolsillos de los fabricantes de armas estadounidenses, cuyos negocios tienen una relación notoria, ancestral y permanente con el crimen organizado, a partir del tráfico del armamento con el cual las bandas delictivas potencian su poder destructivo. Lo mismo ocurre con las millonarias ganancias ilícitas generadas por la actividad criminal, que van a parar a bancos y empresas del otro lado de la frontera, y por ende al alcance del escrutinio y persecución del sistema de justicia de aquel país.

Está claro que no existe ninguna relación de causa y efecto entre los aranceles y el combate a las drogas que pueda justificar la imposición de gravámenes a las exportaciones mexicanas o cualquier intento de intervención. La solución, como ha señalado la presidenta Sheinbaum, radica en la cooperación y el trabajo conjunto entre ambos países, siempre bajo los principios del diálogo, el respeto a la soberanía nacional y el rechazo absoluto a cualquier forma de sumisión.  

Es momento de cerrar filas en apoyo a nuestra Presidenta frente al discurso retrógrado y delirante que emana desde la Casa Blanca, dirigido contra muchos países del mundo, pero que impacta particularmente a México por compartir el mismo territorio continental con Estados Unidos. En esta encrucijada histórica sin precedentes para los mexicanos de esta generación, la unidad nacional ante la amenaza que enfrentamos como país es un requisito de supervivencia, por encima de cualquier interés partidista, religioso, racial o de clase social.

POR LUIS FERNANDO SALAZAR

PAL

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