Malos modos

Yunes, credencializado

Lo que pasa es que el chairismo complica lo de evitar esos chistes. No es, por Dios, que, con sus últimos fichajes, Morena esté en proceso de degradación

Yunes, credencializado
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Aun sin estar uno del todo deconstruido en su masculinidad tóxica, los barnices de deconstrucción que ha ido recibiendo le dan para entender que no hay que hacer chistes con lo de “nada más la puntita”, que ya eran malos, corrientes, ñoñamente machorrones y predecibles cuando la masculinidad tóxica no estaba tan condenada como ahora –y bien que así sea: no empecemos con discusiones bizantinas–.

Lo que pasa es que el chairismo complica lo de evitar esos chistes. No es, por Dios, que, con sus últimos fichajes, Morena esté en proceso de degradación y que cuidado con eso, no vaya a ser que pierda su naturaleza pura el movimiento, como dicen algunos propagandistas tibios y hasta unos cuantos militantes duros.

Al contrario, y va de nuevo: que el oficialismo credencialice a personajes como Yunes no es más que un acto de congruencia con sus orígenes, que sí, están en algunos progres de pura cepa, cosa que ya es reprobable –la izquierda filo castrista es tan nefasta como el fascismo, por ejemplo–, sino, es evidente, en un cacho respetable del priismo ultramontano. Eso son, de siempre. Por lo mismo, agarrarse a golpes de pecho con argumentos como que “Ok, había que presionar a Yunes, pero ¿por qué llegar al punto de inscribirlo en Morena?”, son, y da pena decirlo, una reivindicación del “Nada más la puntita”.

En efecto, es muy probable que Morena, salvo grillas en cortito que ni entendemos ni tenemos por qué entender, no tuviera necesidad de sumar formalmente a Yunes. Total, ya lo tenían amarrado, suponemos como suponen los chairos hoy escandalizados, con la amenaza de procesos penales y demás. Vaya: lo salvas de la cárcel, vota por la llamada Reforma al Poder Judicial y fin de la historia. Lo llamativo es que esa misma posibilidad no les parezca un horror.

Para dar una especie de golpe de Estado, como es la reforma, el chairismo absolvió a dos sujetos a los que había acusado de las peores bajezas, y apeló a la extorsión y un uso infame del aparato de justicia. A eso se reduce esta historia. No hay ni siquiera la muy dudosa contrargumentación del bien superior, o alguna de esas tonterías. Lo mismo pasa con Rocha Moya o el Cuau, por ir a dos ejemplos inmediatos. De esto se ha tratado siempre. Lo que pasa es que se sienten impunes, que lo son, y por eso hacen un alarde como el de la foto en la que aparece Yunes flanqueado por Adán Augusto y Noroña. No hay más que caradura.

Dan ganas de decir que esto no hace más que empezar. No es así. A Morena ya no le quedan muchos pasos más hacia abajo. En adelante, sí, veremos, una y otra vez, cómo nos recuerdan a punta de fotos que pueden hacer lo que les dé la gana, pero en menor escala, porque no quedan muchos personajes siniestros de primera línea que reclutar. No, no está empezando. Más bien ya valió madres.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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