Vivas, libres, poderosas e iguales. Una misión de generaciones antiguas y contemporáneas; de colectivas y acompañantes solidarios, de hombres dispuestos a revisar nuestro machismo; una visión aludida por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, respecto al objetivo central de la estrategia para erradicar la violencia de género.
Gafas violetas, mirada para comprender críticamente contra la transversalidad estructural de múltiples violencias concentradas contra la mujer y consignadas en la ley. Un ideario capital nacional, iniciado en la CDMX por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum, y empujado hoy por Brugada en la incipiente política pública de un sistema de cuidados para terminar con tiempos y movimientos social y políticamente constituidos para servicio de los otros y en detrimento de ellas.
Trascender los resultados alcanzados con la declaratoria de la Alerta de Género o la creación del *765 como línea de auxilio para las mujeres innovó programas. El piso siguiente de cualquier transformación es generar una lógica verificable de impacto social continuo y ascendente a favor de la igualdad sustantiva, más referida que cercana a pesar de la inminencia del 2030.
¿Y las trabajadoras del hogar, las mujeres del campo, las mujeres de la economía informal, de las clases medias, incluso las mujeres acomodadas donde se hace la guerra desde el poder de los despachos cuando alguien se atreve a denunciar en el seno de la familia al agresor todopoderoso, como en el caso de Mafer Turrent? Donde no esté la tecnología, coloquemos la mirada ciudadana.
Una de cada tres en el mundo ha experimentado violencia física o sexual a lo largo de su vida, y la gran mayoría ocurre en el hogar, lejos de la visibilidad pública. El dato es de ONU Mujeres; el problema es global.
En seguridad, la visión de género implica superar el modelo tradicional de control y vigilancia, para enfocarse en políticas transformadoras contra las violencias: en el espacio callejero, transporte público, en los corporativos, en las escuelas, en los senderos iluminables con certezas de justicia y término de impunidad. Lo detalló la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, durante su informe de 100 días, el domingo en el Auditorio Nacional.
También hay, si se me permite la expresión, gafas violetas tecnológicas. Una perspectiva impulsada desde el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) al incorporar la visión de género en todas sus atenciones: una herramienta de prevención y sanción. Identificar, por ejemplo, desde los reportes al 911 -donde más de un 65 por ciento de las llamadas son de mujeres- las situaciones de vulnerabilidad o las condiciones en las cuales se generan es crucial para el diseño de políticas públicas en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Este martes, Brugada anuncia una nueva generación de cámaras. Estarán en las inmediaciones de escuelas, estacionamientos, colindancias diversas a partir de propuestas del Zócalo de Gobierno Abierto, del Gobierno Casa por Casa y los Senderos Seguros, por ejemplo.
La tecnología se supedita al propósito de la ciudadana y sus hijas. Gafas violetas tecnológicas.
POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS
COORDINADOR GENERAL DEL C5
@GUERREROCHIPRES
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