Columna Invitada

Máscaras blancas y piel morena, los fugitivos de la vida imposible…

El color de piel importa. La xenofobia y la mano dura contra la migración dan votos

Máscaras blancas y piel morena, los fugitivos de la vida imposible…
Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

El discurso de Trump en su toma de posesión es un ejemplo terrible y avasallador del neocolonialismo vigente. Estamos ante un enfermo que propaga un virus social, en donde la retórica del desprecio busca fragmentar comunidades enteras, sembrando desconfianza, rivalidades y conflictos. La era Trump se descubre y se expresa abiertamente fascista. Desprecia al migrante, pero al que es pobre y de tez morena. Hoy las fronteras no buscan solamente delinear un territorio, también contener, controlar, coartar, pero, sobre todo, filtrar movilidades entre deseadas, aceptadas e indeseadas. Los discursos antinmigrantes ya no esconden nada, las amenazas se ciernen sobre los colectivos en la precariedad económica. El color de piel importa. La xenofobia y la mano dura contra la migración dan votos. En esa infamia vivimos y la misma hizo posible el regreso de Trump.

Más de 10 mil marines se despliegan en la frontera para parar la “invasión”; deportaciones masivas en ciudades, talleres, fábricas, campos de cultivos, no sé, pero esto se parece más a las redadas de las SS. Trump decretó que ningún lugar quede fuera del alcance de los agentes de migración y socava el uso del “parole” humanitario. Se está, dice, “ante una emergencia nacional”; “los migrantes sin papeles son delincuentes y no estarán seguros ellos ni sus familias, en iglesias, escuelas o cualquier otro lugar considerado sensible”. “Las agencias CBP y el ICE harán que sean cumplidas las leyes de inmigración, atrapando a extranjeros criminales, incluidos, asesinos y violadores que entraron ilegalmente a los Estados Unidos”: Sí, se refiere a esos fugitivos de la vida imposible que buscaron refugiarse de la pobreza, el conflicto social, la guerra, pero, sobre todo, de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.

En fin, en estos tiempos tan aciagos pienso en Eduardo Galeano y en la inmensidad de sus reflexiones: “De nuestros miedos nacen nuestros corajes, y en nuestras dudas viven nuestras certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible, y los delirios otra razón. En los extravíos nos esperan los hallazgos porque es preciso perderse para volver a encontrarse”.

¿Qué tan preparado se puede estar contra una mente tan ruin y volátil como la de Trump? No obstante, sí veo elementos de firmeza en el gobierno de Sheinbaum: serenidad, inteligencia, presteza y humanidad. Comparando al resto de mandatarios arrastrados, como el imbécil de Milei, me enorgullece que, al frente del país, esté una mujer con la solidez de principios de Claudia Sheinbaum; guste o no a los detractores y opositores (entre ellos, los mexicanos que añoran una invasión norteamericana), México es hoy un faro de esperanza humanista en el mundo y un actor principalísimo en América Latina.

Más vale ser un zurdo que un nazi espeluznante o, desde luego, un traidor.

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
@DIEGOLGPN

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