La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marcó un antes y un después en la política migratoria del vecino país. Desde sus primeros días en el cargo, Trump implementó medidas que buscan restringir la inmigración y deportar a millones de personas, incluyendo a miles de mexicanas y mexicanos.
Una de sus primeras acciones fue la prohibición de viajar a ciudadanos de varios países de mayoría musulmana, lo que generó una gran controversia y fue objeto de múltiples demandas legales. Sin embargo, la Corte Suprema eventualmente avaló la medida, lo que permitió a Trump avanzar en su agenda antiinmigrante.
Otra de las políticas más polémicas es la rescisión del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protegía a jóvenes inmigrantes de la deportación y les permitía trabajar en Estados Unidos. Esta decisión afectará a cientos de miles de personas, incluyendo a muchos mexicanos que habían crecido en Estados Unidos y no conocen otro país pues ese es su hogar.
Otro de los puntos más controvertidos fue la decisión de negar la ciudadanía norteamericana a niñas y niños nacidos en ese territorio, lo que contraviene la enmienda 14 de de su Constitución, medida que fue suspendida por un juez, pese a la presión política que el presidente Trump ha ejercido.
La política migratoria de Trump estará marcada por la deportación masiva de personas, incluyendo a muchos mexicanos que habían vivido en Estados Unidos durante años. Esto generó una gran preocupación en México, donde muchos familiares de los deportados se quedaron sin saber qué hacer.
Ante este panorama sin precedentes, la reacción del gobierno mexicano es por demás insuficiente. En lugar de tomar medidas más firmes para proteger a sus ciudadanos, el gobierno mexicano se limitó a emitir declaraciones de condena y a ofrecer una tarjeta del bienestar que no resolverá de manera integral la falta de empleo, la seguridad y la integridad de las y los migrantes.
Paradójicamente, un país que fue forjado a través de la migración, hoy da la espalda a los migrantes y abre la puerta a una crisis migratoria sin precedentes mientras que, en México, el gobierno federal de Morena contribuye a derrumbar puentes y edificar muros que nos alejan cada vez más de una verdadera solución.
Por: Marco Antonio Mendoza Bustamante
@MarcoMendoza_B
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