Un dilema que siempre ha existido en el alto rendimiento es que si es correcto el hecho de priorizar algunos deportes para tratar de asegurar medallas olímpicas o, sin importar la disciplina, hay que inyectar recursos públicos para desarrollarlos y vayan creciendo poco a poco.
Cuando Jesús Mena asumió la dirección de la Conade, anunció que los clavados, el taekwondo y el tiro con arco serían los deportes prioritarios. Los clavados habían ya entregado, a lo largo de la historia, 10 medallas olímpicas, y el taekwondo otras tres oficiales, ya que se ganaron algunas más como deporte de exhibición. El tiro con arco había dado, en los Juegos de Londres, las primeras dos preseas olímpicas; así que lo lógico, por no decir lo más fácil, era seguir poniendo empeño en esas disciplinas.
Desde entonces, los clavados han cumplido, entregando cuatro medallas más, y por nada, se perdieron otras dos, y el tiro con arco entregó dos. En el taekwondo, durante tres ciclos olímpicos, se vivió de María Espinoza. Si no es por ella, la deportista más laureada en Campeonatos Mundiales y en Juegos Olímpicos, esta disciplina se hubiera ido en blanco.
No podemos pasar por alto que otros deportes que no han sido prioritarios, como el pentatlón y el judo, ya aportaron al medallero, y otros, como el boxeo y la marcha sumaron, pero muy lejos de ser la potencia de antaño.
Hasta ahora, Rommel Pacheco no ha anunciado si va a priorizar deportes o a apostar por igual por otras disciplinas, aunque no se traduzcan en éxitos olímpicos. Sabemos que en Los Ángeles 2028 quiere ganar al menos 10 medallas y entregar el mejor resultado de la historia. Cada peso que, por ejemplo, se invirtió en María Espinoza valió la pena.
La pregunta es cuánto está dispuesta a invertir la Conade en un deporte como el patinaje artístico, en el que a pesar de los logros de Donovan Carrillo sabemos que no subirá al podio en los Juegos Invernales de Milán-Cortina 2026. Es una disciplina muy cara. Donovan se fue a vivir a Canadá y tanto el pago de su estancia allá como de sus entrenadores corre a cargo de la Conade.
¿Hay dinero suficiente para apostar en un deporte invernal que por las características de nuestro país sabemos que nunca será potencia? ¿Cuál es la justa medida para que los atletas no se sientan abandonados, pero que a la vez el resultado le regrese a México la inversión? El exdirector de la Conade, Alfredo Castillo, dijo alguna vez que el desempeño de los servidores públicos del deporte no debe medirse en medallas ganadas. Con altísimos índices de sobrepeso y obesidad, de muertes por enfermedades crónico-degenerativas y con un promedio de tres medallas olímpicas por justa, ¿cómo deberíamos evaluar el trabajo de quienes administran el deporte?
POR BEATRIZ PEREYRA
COLABORADORA
Twitter: @beatrizapereyra
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