Desde Afuera

La deprimente ironía del 20 de enero

Trump llegó a su segunda presidencia en mucho mejores condiciones que a la primera. Sus índices de aprobación son mayores, al menos en algunas encuestas, y sus programas, aunque controversiales, encuentran el respaldo de la mayoría de sus seguidores

La deprimente ironía del 20 de enero
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Quizá una de las mayores y más terribles ironías del 20 de enero de 2025 es que por azar del calendario hace coincidir la toma de posesión presidencial de Donald Trump y la celebración del día de Martin Luther King.

Ironía terrible porque Luther King luchó por la igualdad de derechos civiles para los afroestadounidenses en particular, pero para todos los habitantes de este país en general, latinos, incluidos.

Donald Trump es un líder, protagonista ahora de una de las grandes historias de resurgimiento político, cuyo impacto se deja sentir en la reacción de la derecha estadounidense contra lo que llaman DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión), que originado en parte por el trabajo de Luther King ayudó a que generaciones de estudiantes de minorías raciales, económicamente desaventajados en muchos casos o con menores calificaciones por las condiciones de su desarrollo, encontrasen cabida en universidades y empresas.

Pero para muchos a la derecha, eso fue a costa de quitar oportunidades a estudiantes y trabajadores blancos, no necesariamente desaventajados por la economía o por una educación inferior.

Según la definición usada hasta ahora, "la diversidad es aceptar las diferencias que cada uno aporta, ya sea en cuanto a raza, edad, etnia, religión, género, orientación sexual, capacidad física u otros aspectos de la identidad social". "La equidad es tratar a todos de manera justa y brindar igualdad de oportunidades. "Y la inclusión es respetar la voz de todos y crear una cultura en la que las personas de todos los orígenes se sientan alentadas a expresar sus ideas y perspectivas".

Pero en los últimos meses, envalentonados en buena medida por el resurgimiento de Trump, legisladores republicanos a niveles federales y estatales se lanzaron en una campaña contra los principios DEI para remediar las que consideran como injusticias contra peticionarios blancos quizá mejor calificados.

De acuerdo con el conservador Claremont Institute, un grupo de expertos conservadores, la ideología detrás de la DEI es "fundamentalmente antiestadounidense".

La cadena de televisión CNN recordó que a principios de 2024, el inversor multimillonario Bill Ackman publicó en "X" que la DEI era “un movimiento inherentemente racista e ilegal en su implementación, incluso si pretende trabajar en nombre de los llamados oprimidos”. La tesis de Ackman fue reproducida por el también multimillonario CEO de Tesla y SpaceX, Elon Musk, quien ahora es dueño de la plataforma y cercano consejero de Trump.

Trump llegó a su segunda presidencia en mucho mejores condiciones que a la primera. Sus índices de aprobación son mayores, al menos en algunas encuestas, y sus programas, aunque controversiales, encuentran el respaldo de la mayoría de sus seguidores.

Pero llega también como símbolo de la reacción de un grupo estadounidense que "siente" que su poder se reduce más y más  ante el crecimiento de minorías raciales, religiosas y sexuales.

Y de hecho, mucho del progreso de las minorías deberá sobrevivir primero los próximos cuatro años de Trump.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                           

@CARRENOJOSE

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