Pues bien, parafraseando, se podría decir lo mismo sobre los empresarios estadounidenses que están pagando sumas astronómicas para poder estar cerca de Trump el día de su investidura. Me refiero a los gigantes tecnológicos Amazon, Meta, Google y Microsoft. Cada uno ha donado un millón de dólares para financiar el evento de la investidura. Para nadie es un secreto que en su momento Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Page y Bill Gates, dueños de las empresas mencionadas, no apoyaron a quien en unos días será el nuevo presidente de Estados Unidos. Por lo visto consideran que ahora es cuando apoquinar pensando en… ¿la economía de sus empresas?
Zuckerberg, además del dinero dado por Meta (Facebook, WhatsApp, Threads, Instagram), ofrecerá una recepción el día de la investidura con otros multimillonarios. Hace todo para que Trump esté de buenas. No se olvide que el fundador de Facebook, cuando fue el ataque al Capitolio, no permitió que Trump publicara en Face y en Instagram. Ahora al magnate de la tecnología le toca pagar haberse aliado con el lado perdedor de esta historia (Kamala Harris). Ya lleva un rato en ello…
Tan hace su mayor esfuerzo que, entre otras cosas, la pelea a puño limpio que tanto se cacareo en redes contra Elon Musk, ha caído en el olvido. Ahora resulta que Trump, Mark y Ellon son íntimos amigos…
En el pasado, Donald expresó sus deseos de promover nuevas medidas antimonopolio y se fue contra Google y Meta por sus políticas liberales. ¿Servirán los donativos de estas compañías para atemperar sus amenazas?
Ya podemos imaginarnos los comentarios de Trump: la mejor inauguración presidencial, ¡el mejor presidente de Estados Unidos! ¡No, del mundo mundial! Pero al mismo tiempo, el anaranjado señor estará viendo quién puso, cuánto puso y de qué forma buscan acercarse a él para beneficiarse y beneficiar a sus negocios.
Actualmente, todos los fondos donados, sean por empresas de tecnología o de otro rubro, llevan tatuados su apoyo a la ideología del magnate. No importa que antes no comulgaran con él; la “ideología” que tarde que temprano une a todos los gigantes es el dinero. Y así, uno a uno, resulta que los fondos alcanzados para la investidura de Trump ya sobrepasaron los 250 millones de dólares, la mayor cantidad reunida para cualquier ceremonia de toma de protesta en nuestro vecino país del norte…
A estas alturas, supongo ya quedó claro que en Estados Unidos se permite que los empresarios o quien sea done su dinero para apoquinar a la investidura presidencial. En diversas ocasiones artistas han donado sus presentaciones para los bailes de la inauguración presidencial. En otras, se les paga con lo recaudado. Lo que es cierto es que las intenciones de las empresas en este caso, es obtener políticas y decisiones favorables al presidente.
Ahora, eso no quiere decir que el dinero que se done para el evento de la investidura no deja de ser informado al ISR (el SAT de allá). Otra cosa: el dinero que no se utilice quedará en un fideicomiso para hacer una biblioteca/centro a nombre de Trump cuando este ya no sea presidente. Pero definitivamente sí hay una ventaja de organizarlos así: estos eventos multitudinarios no representan un costo exorbitante para la ciudadanía. Ha sido tal la cantidad de dinero donada, que el comité de la inauguración no requirió vender boletos para que los grandes empresarios puedan asistir a la juramentación presidencial, considerado el momento cumbre de todos los festejos. Ya tampoco pueden acompañar a Trump en eventos privados y mismo así hay algunos que siguen donando. Lo anterior no quita que si algún millonario o gente común quiera asistir a la toma de protesta, pueda obtener boletos gratuitos con su congresista…
¿Quién paga la investidura de Trump?
Tres en raya
Michelle Obama, esposa del expresidente Barack Obama, declinó la invitación a la toma de protesta de Trump. Dejó claro que ella no asiste a la toma de protesta de un misógino delincuente.
¿No sería interesante que los conciertos en el Zócalo los pagaran los empresarios y supiéramos cuánto donan para ello? ¿Y después dar seguimiento de que no están siendo beneficiados por el sistema? ¿O preferimos que el dinero siga saliendo de nuestros impuestos?
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
COLABORADORA
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
PAL