MALOS MODOS

El Portal. La historia oculta de Zona Divas

El negocio, fundado en 2001, no diríamos que era impecable, por supuesto, pero al menos era, en el papel, respetuoso de las leyes

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El negocio, fundado en 2001, no diríamos que era impecable, por supuesto, pero al menos era, en el papel, respetuoso de las leyes. De cara al mundo, tenía una lógica, si se permite la analogía, como la que hoy tienen aplicaciones como Uber o Airbnb. En Zona Divas, un portal de Internet, se anunciaban mujeres muy guapas, extranjeras –argentinas, venezolanas, colombianas–, muy jóvenes, que ofrecían sus servicios como escorts. A cambio de una comisión, la página ponía en contacto a estas chicas con sus clientes. Nada más… Sobre el papel, hay que insistir.

Entre 2017 y 2018, cinco de esas mujeres fueron asesinadas. Incluso en un país con los números escalofriantes de violencia feminicida, impunidad y corrupción de las fuerzas de seguridad que tiene México, esos asesinatos provocaron el suficiente ruido mediático como para que la policía se decidiera a abrir una investigación. Las conclusiones fueron atroces. Detrás de Zona Divas había una amplia red de tráfico de personas, con el crimen organizado metido hasta la nariz, que en general funcionaba de la misma manera.

Esas chicas, víctimas de la miseria generalizada de este continente, la del chavismo que es doble miseria en el caso de las venezolanas, eran enganchadas con engaños para llegar a nuestro país a sufrir la más implacable de las esclavitudes sexuales. Algunas, sí, sabían que venían a desempeñarse como trabajadoras sexuales; a otras, en cambio, las embaucaban con promesas de contratos de cualquier otra naturaleza. En uno y otro caso, eran secuestradas, desprovistas de su pasaporte y obligadas a prostituirse para pagar una deuda evidentemente impagable, que era, en teoría, la de sus gastos de traslado.

Esa es la historia que vertebra “El Portal”, la serie documental que estrenó Netflix hace poco, dirigida por Fernanda Valadez y Astrid Rondero. Una serie con muchos aciertos. Más allá de que sigue jalando muy hábilmente del hilo, para complementar e incluso enmendarle la plana a la investigación oficial, es de aplauso el modo que eligieron las directoras de contarla. La nota roja, como norma, exige centrarte en los crímenes y sus perpetradores.

El “El Portal”, en cambio, quienes hablan son las víctimas, a veces de manera personal y a veces, en los casos de las que fueron asesinadas, con videos y audios rescatados y muy hábilmente ensamblados, y sus familias. Así, la serie logra llegar mucho más allá del caso de Zona Divas, para convertirse en un retrato pesadillesco del machismo brutal tan extendido en nuestro país, de la infiltración del crimen organizado a todos los ámbitos imaginables, de la corrupción del funcionariado nacional (en este caso, de la policía y de Migración) y, sí, de la pobreza, que por supuesto está en la raíz de ese negocio infame.

Un trabajo, pues, notable y desolador que no deben perderse.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ