Columna Invitada

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

El tema es por demás grave, citando a la propia OEA: “la peor forma de represión, la más vil, es impedirle al pueblo soluciones a través de elecciones

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…
Gabriel Mendoza Elvira / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Hace una semana se llevó a cabo en Venezuela la que debería ser la fiesta cívica más importante. Casi el 60% de la ciudadanía venezolana salió a votar para elegir a su presidente. No obstante, la elección estuvo marcada por una serie de irregularidades desde sus inicios, pero, sobre todo, sin resultados ciertos.

El Centro Carter, una de las pocas instituciones que fue invitada como observadora electoral, ha afirmado con toda contundencia que “la elección no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática.”

Por su parte, la OEA, con gran experiencia y prestigio en observación electoral, a quien por cierto desde 2006 Venezuela no le invita para esos efectos, señaló que, “en las circunstancias actuales, no pueden reconocerse los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral que proclaman ganador a Nicolás Maduro.”

Lo anterior, porque la autoridad electoral fue incapaz de dar resultados ciertos, desglosados por centro de votación. La opacidad se apoderó de esa institución. Su presidente salió a dar a conocer lo que llamó una “tendencia contundente e irreversible” en favor de Maduro, pero sin sustento alguno. Es fecha que la página web del CNE no puede ser consultada. Por su parte, la oposición mostró documentos que respaldan su triunfo con un amplio margen, pero de nada ha servido.

En los días posteriores a la jornada electoral dicha autoridad brilló por su ausencia. Pareciera que su vocero fuera el presidente, pero también contendiente, Maduro, que no solo realiza afirmaciones tales como que “el sistema de comunicación del CNE fue hackeado por Elon Musk”, sino que ha desplegado una serie de acciones gubernamentales para reprimir y detener a quienes pretenden protestar contra los resultados anunciados.

Las protestas han sido completamente ineficaces. Lejos de atenderlas y esperar a que el Tribunal Supremo Electoral resuelva la controversia, el Presidente de la República realiza una Reunión Conjunta del Consejo de Estado y Consejo de Defensa de la Nación, con la participación del presidente del Poder Electoral y los demás Poderes Constitucionales del país, así como la presencia del Estado Mayor Superior. Un acto simbólico e intimidante, para validar su fraude electoral.

Después de una semana llena de acusaciones, en el que varios países democráticos se han pronunciado por el triunfo de la oposición y Venezuela ha roto relaciones diplomáticas con varios de ellos, el CNE hace un segundo comunicado reiterando el resultado que sin sustento decreta.

El tema es por demás grave, citando a la propia OEA: “la peor forma de represión, la más vil, es impedirle al pueblo soluciones a través de elecciones.” El problema radica en que las elecciones en ese país son una simple simulación, pues es notorio que la concentración de poder en el Ejecutivo ha ido desarticulando a todos los pesos y contrapesos que deben existir en un Estado democrático.

La dictadura perfecta disfrazada de democracia. De ahí la importancia de preservar los contrapesos entre los poderes de la Unión y los órganos autónomos. Confiemos en que en México sigamos teniendo autoridades electorales y un Poder Judicial autónomos e independientes.

POR GABRIEL MENDOZA ELVIRA
ABOGADO CONSULTOR 
@GMENDOZAELVIRA

EEZ

Temas