México vive uno de sus momentos más críticos en el ámbito deportivo. La inauguración de los juegos paralímpicos de París 2024 se dará para nuestros atletas en medio de la polémica interna por un tema que nos tiene hartos y sobre el cual no se actúa: la falta de apoyo y compromiso con los deportistas nacionales.
En los recientes Juegos Olímpicos de París 2024, la cosecha de medallas superó lo logrado en Tokio 2020, a pesar de las condiciones adversas que vivieron nuestros atletas para llegar, participar y enfrentar las competencias mundiales. El episodio terminó, pero el problema agudizó: a su regreso los deportistas se encontraron con recortes en sus becas y cero estímulos para seguir creciendo.
Así, mientras nuestros atletas se enfrentan a su triste realidad en escenarios internacionales, la situación en casa es por demás sombría. A nada de que inicien los Paralímpicos, quienes nos representarán con orgullo enfrentarán una cruel paradoja: elegir la gloria deportiva o asegurar un buen futuro económico.
Alejandra Valencia, Osmar Olvera, y tantos otros han logrado lo impensable, elevando el nombre de México con su talento y dedicación. Sin embargo, se encuentran abandonados por una administración que, en lugar de ofrecerles las herramientas necesarias para triunfar y replicar esos logros, les recorta las becas, dejándolos a su suerte.
Este desdén institucional por el esfuerzo de nuestros deportistas no es solo un insulto, es una traición a los valores y al futuro de nuestro país.
¿Hasta cuándo seguiremos tolerando esta falta de visión y compromiso? La CONADE, bajo su actual dirección, ha demostrado ser incapaz de comprender la importancia del deporte como un motor de cambio social y orgullo nacional pese a estar encabezada por alguien que recorrió ese mismo proceso. Recortar becas justificando tabulaciones y reglamentaciones, minimizar el apoyo y dejar en la incertidumbre a quienes nos representan a nivel internacional, no solo es un grave error, sino una muestra de la indiferencia y el desinterés que reina en los altos mandos; lamentablemente esto no sólo aplica en el ámbito deportivo.
Nos enseñan que el deporte es una vía para construir una sociedad más sana, más unida, y más fuerte. Sin embargo, en la realidad, al despojar a nuestros atletas de las oportunidades que merecen, estamos también limitando a México en su capacidad de soñar y de aspirar a ser mejor.
Es urgente un cambio en la administración de la CONADE, una transformación que permita que el deporte sea una prioridad nacional y aplique políticas que realmente beneficien a nuestros atletas desde la base hasta la élite. Es hora de que los dirigentes y actores políticos asuman la responsabilidad de proteger y fomentar el talento mexicano, garantizando no solo el reconocimiento internacional, sino también la seguridad y el bienestar de quienes se sacrifican por el país, sin olvidar que la máxima gloria en ocasiones es alcanzada por actuaciones individuales o en equipo, pero que en el camino se tuvo el respaldo de preparadores, técnicos, profesores, doctores, fisioterapeutas, nutriólogos y un sin fin de profesionistas que colaboran con los atletas, que son fundamentales en el camino y que no se les reconoce y/o apoya lo suficiente.
¿Dónde están aquellos que prometieron apoyar a los jóvenes? ¿Dónde están las políticas que aseguraban un futuro mejor para nuestros deportistas? Es hora de exigir respuestas y tomar acción. La sociedad debe involucrarse, alzar la voz y demandar el cambio que tanto necesitamos. No podemos permitir que el talento y el esfuerzo de nuestros atletas y sus respectivos equipos de preparación se desperdicie por la evidente incompetencia y motivaciones políticas de quienes deberían estar trabajando para ellos.
Es tiempo de presionar por un cambio real, de exigir una nueva administración en la CONADE, una que valore y apoye a nuestros deportistas como se merecen. También es imperativo que sometamos a constante auditoría el desempeño de los dirigentes de la CONADE, exigiendo transparencia y rendición de cuentas para evitar la corrupción que ha manchado tantas instituciones en el pasado. Solo un escrutinio riguroso garantizará que el deporte en México florezca sin las sombras de la corrupción y la negligencia y al fin podremos asegurar que México continúe brillando en el escenario mundial, con orgullo y con justicia para aquellos que dan todo por su país.
No permitamos que el futuro del deporte mexicano sea víctima de la indiferencia o siga siendo rehén de batallas y proyectos políticos personales.
Por: Diego ‘SAGO’
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