Definiciones

¿Y si se atora en el Senado?

Si la reforma al PJ no pasa en la Cámara alta, vendría una carambola de varias bandas a favor de Sheinbaum

¿Y si se atora en el Senado?
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Quien crea que la 4T es una fuerza homogénea donde abundan las coincidencias, se equivoca. Quienes piensen que el proyecto es uno solo, y la camaradería es como retratan las fotos, no conoce los entretelones de la nueva fuerza hegemónica del país.

El pegamento es el poder, pero la disputa por las posiciones de influencia es voraz. Hay rivalidades añejas, distintos intereses y enorme diversidad política e ideológica.

Así como en 2018 todos se plegaron a la figura de AMLO para obtener cargos, acceso y recursos, hay en curso una batalla —de cara al relevo presidencial— que puede asomar la cabeza tan pronto como en septiembre, con el pretexto de la reforma al Poder Judicial.

No es un secreto que López Obrador ha decidido trascender su sexenio acotando el margen de maniobra a Claudia Sheinbaum. Ejemplos, abundan. El Presidente ha empujado sus iniciativas de reforma a la Constitución, para cercar el camino; ha presionado para que hombres y mujeres cercanos a él se mantengan en el próximo gabinete; y acotó el poder de la próxima Presidenta definiendo quién encabezará Morena —Luisa Alcalde, su aún secretaria de Gobernación—, y quienes coordinarán los grupos parlamentarios: Ricardo Monreal en San Lázaro y Adán Augusto López Hernández en el Senado.

La próxima Presidenta no decidió quiénes encabezarían a la mayoría en el Congreso. De haberlo hecho, ni Monreal ni López coordinarían. Los dos, sobre todo a últimas fechas el exgobernador de Tabasco, han tenido profundas diferencias con ella.

Por eso lo que suceda en septiembre será clave, e indicativo de lo que podría venir a partir de octubre, cuando Sheinbaum asuma.

Está claro que el Presidente no cejará en su intento de reforma al Poder Judicial. Presionará para que se vote a principios de septiembre en el pleno de la cámara de diputados. No habrá pretexto: Morena, PT y Verde tienen la mayoría calificada y la sacarán adelante, aunque en corto no pocos de sus integrantes reconozcan riesgos en lo que votarán.

Pero la historia será distinta en el Senado, donde la 4T tiene 83 senadores y no alcanza la mayoría constitucional, que se construye con 86. En términos prácticos, el responsable de conseguir esos tres votos y construir esa mayoría es López Hernández, pero hay muchos interesados en que fracase y no pueda entregarle al Presidente esa medalla antes del fin del sexenio.

Sería una carambola de varias bandas. Primero, porque debilitaría a Adán, que fue la corcholata menos presente en la campaña de Sheinbaum y quien más duro la atacó en el proceso interno. Si el exsecretario de Gobernación no es capaz de operar la reforma, ¿podrá construir otras mayorías? Varios grupos dentro de Morena se frotan las manos para que fracase.

Segundo, porque la reforma entraría en un impasse y se detendría lo que es percibido por algunos en el equipo de la próxima Presidenta como una manzana envenenada, que le obligaría a iniciar su gobierno cuesta arriba: con desconfianza de los capitales, amenaza de crisis económica, un endeble estado de derecho y voces alertando sobre el debilitamiento de la democracia. Tercero, Sheinbaum podría transitar septiembre y modular en octubre la iniciativa construyendo, a la par, su propia mayoría calificada en el Senado. Y cuarto, no perdería legitimidad alguna, porque en el discurso podría seguir atizando contra el Poder Judicial y bien podría culpar del atorón legislativo a la oposición, nutriendo el discurso de contraste que tanto rédito le ha dado a la 4T. Ganaría perdiendo la votación, pues.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN    

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                         

@MLOPEZSANMARTIN 

PAL

Temas