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Feminismo

Distintos lugares y momentos han engendrado diversos feminismos a lo largo de la historia.

Feminismo
Carlos Bravo Regidor / Radar de libros / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El feminismo no es una doctrina filosófica, es una actitud crítica. Más que un conjunto de ideas, es una manera de pensar. Para Jane Mansbridge (Nueva York, 1939) y Susan M. Okin (Auckland, 1946 – Lincoln 2004), dos politólogas con muy destacadas carreras en la academia estadounidense, el feminismo tiene tres grandes características fundamentales:

1) le da prioridad a la experiencia concreta de las mujeres antes que a principios generales o razonamientos abstractos;

2) está compuesto por una pluralidad de perspectivas en conflicto, no por una teoría unificada y coherente;

3) considera que “lo personal es político”, lejos de separar la esfera pública de la privada las asume como profundamente interconectadas.

Esos tres rasgos parten de un mismo propósito: ponerle fin a la dominación que los hombres ejercen sobre las mujeres. En ese sentido, el feminismo es más que una mera posición política, es un proyecto de emancipación.

Sucede, sin embargo, que distintos lugares y momentos han engendrado diversos feminismos a lo largo de la historia. Hay feminismos que buscan promover la igualdad, que las mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Hay feminismos que reivindican la diferencia, que hacen énfasis en la importancia de las virtudes y aportaciones asociadas con “lo femenino”.

Y hay feminismos abocados a desenmascarar la dominación, a denunciar las violencias patriarcales, a cuestionar los roles de género y exhibir sus codificaciones sexistas. “Todas y cada una de esas tareas son necesarias, pero a menudo chocan unas con las otras, creando así importantes divisiones en el pensamiento feminista”.

Algunas de esas divisiones tienen que ver con la tensión entre adoptar el punto de vista de “las mujeres” y, al mismo tiempo, cuestionar constantemente la constitución de ese sujeto (¿qué mujeres?, ¿blancas, morenas o negras?, ¿ricas, de clase media o pobres?, ¿urbanas o rurales?, etcétera); con la disputa respecto a la heteronormatividad (con suponer que las heterosexualidad es o debe ser la norma); o con los desafíos del multiculturalismo.

Feminismo. Breve introducción a una ideología política (Página Indómita, 2007) es un libro de carácter introductorio, que explica el feminismo en términos más o menos amplios, útil para curiosos o principiantes, probablemente un poco básico para personas más enteradas o especialistas.

Aprendí mucho de sus argumentos sobre la manera en que el feminismo problematiza hábitos muy arraigados en el pensamiento político, sobre cómo ha logrado impugnar multitud de ideas y estrategias establecidas, particularmente en el canon liberal; pero eché de menos una discusión más sustantiva de las resistencias y críticas en su contra, así como sobre las diferencias prácticas que han dividido o todavía dividen a las feministas, por ejemplo, en temas como la prostitución, la pornografía, la gestación subrogada, el punitivismo o la cuestión trans.

POR CARLOS BRAVO REGIDOR

COLABORADOR

@CARLOSBRAVOREG

MAAZ

 

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