El anuncio de la salida de Jaime Lozano de la dirección técnica de la Selección Mexicana no es más que la culminación de un caso más de alta traición en el futbol mexicano, con el ahora extécnico nacional como el principal personaje.
Que quede claro algo, Lozano no es víctima ni mucho menos, pero la manera en que volvieron a manejar todo este asunto deja claro que las cosas no han cambiado, que se sigue operando como siempre se ha hecho y que por más videos que hagan, no van a mejorar.
Porque la casa productora de nombre Femexfut, se ha especializado en la producción y publicación de contenido para redes sociales, con una estructura que parece más diseñada para eso que para realmente hacer que haya un desarrollo puntual en el futbol de nuestro país.
Y que no digan que no pueden descuidar el negocio, porque de ahí se mantiene todo el organigrama, porque no va por ahí. Se puede hacer negocio y trabajar de buena manera para evolucionar en lo deportivo.
Lo que no se puede hacer, es seguir haciendo las mismas prácticas que en el pasado no han llegado a la Selección Mexicana a ningún lugar y lo que espero, ahora hasta se exhiben solos, gracias a su necedad de querer imponer una narrativa a favor, que siempre termina volteándoles, porque no entienden que el futbol no es de influencias ni de amigos en los medios.
Lozano tiene culpa en todo lo que le ha sucedido a la Selección Mexicana, porque era el responsable de lo que sucedía en la cancha, pero igual de responsables son Duilio Davino, Ivar Sisniega y Juan Carlos Rodríguez, aunque claro los dos últimos son los que al manejar la Femexfut, seguirán en sus cargos. En el caso de Davino, ya no luce nada sólido.
Pero un día después de quedar eliminados de la Copa América 2024, al regresar a nuestro país, Sisniega aseguró que no pensaban en un cambio en la dirección técnica de la Selección Mexicana y que veían a Lozano como el entrenador en el Mundial 2026.
Pero después de ese día comenzaron a hacer cosas extrañas como pedirle a Jaime, un auxiliar de experiencia, u ofrecerle que él y su cuerpo técnico se unieran a un nuevo entrenador para ser capacitados de cara al Mundial de 2030… Es decir, comenzó la traición.
Y esa traición se concretó este 16 de julio, con el anuncio de su salida del conjunto mexicano, en un comunicado en el que pareciera que Lozano tuvo toda la culpa de todo al no aceptar lo que le ofrecieron. Allá ellos.
Javier Aguirre sería anunciado a principios de agosto y tendrá sus primeros partidos en su tercera etapa al frente de la Selección Mexicana en septiembre, con los amistosos que vienen. Llegó otro amigo del comisionado presidente, porque siempre dijo que Lozano era su amigo, a ver a éste cómo le va.
POR GERARDO VELÁZQUEZ DE LEÓN
COLABORADOR
@GVLO2008
MAAZ