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Simulación

Si realmente se quisiera transformar el sistema de justicia, se hablaría de las Fiscalías y MP’s, pero es más rentable políticamente crucificar a los jueces

Simulación
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Si realmente se quisiera transformar el sistema de impartición de justicia, estaríamos hablando más que de la elección de jueces, ministros y magistrados, de los Ministerios Públicos y las Fiscalías, porque nadie con un poco de noción sobre el sistema judicial, pensaría que funcionan bien ni defenderían la forma en que “trabajan”.

Si realmente importara acercar la justicia a las víctimas, se iría a fondo para cambiar los eslabones más débiles que están echados a perder y tapizados de corrupción. Pero en lugar de eso, nos encontramos estacionados en una discusión que más bien parece vendetta.

El gobierno del presidente López Obrador está decidido a terminar con la SCJN como la conocemos, plantea echar a todos los magistrados y jueces de un jalón, barriendo parejo, y luego elegir a los más populares -no importa si tienen o no el perfil o cuentan o no con experiencia (de hecho, según lo declarado la semana pasada por AMLO desde Palacio Nacional, es preferible que no la tengan)- para “limpiar” al poder judicial; como si eso arreglara lo que no sirve.

¿Algo dice la iniciativa sobre las Fiscalías o MP’s? Ni una palabra. ¿Quiénes son el primer contacto de las víctimas con la justicia -es un decir- si no esas instituciones? ¿Quiénes construyen los casos? ¿Quiénes integran las carpetas de investigación con base en las que los jueces emiten sentencias?

Si lo que se busca es simular cambiar el sistema, cortémosle la cabeza a todos los ministros, magistrados y jueces. Responsabilicémoslos de todos los males. Que se vayan. ¿Los que llegarán serán mejores? Quién sabe. Muy probablemente no. Pero aunque lo fueran, la raíz de la podredumbre que carcome al sistema de procuración e impartición de justicia no cambiará.

Si no vamos al fondo, a la corrupción en las Fiscalías, la falta de capacitación de los Ministerios Públicos, la ausencia de facultades de investigación de policías y Fiscalías, la carencia de profesionalismo y controles, seguiremos parados en el mismo sitio, uno donde las víctimas deben mendigar por justicia, donde los delitos que se investigan son solo un puñado y los que se castigan apenas alcanzan el 1%.

Pero por supuesto eso conlleva más tiempo, mayor compromiso y seriedad. No es tan rentable políticamente como crucificar a unos cuantos y culparlos de la corrupción en una sociedad que se consume desde las entrañas. Al cierre del sexenio, en busca del legado final, simular que se destierran los vicios del podrido sistema judicial paga mucho mejor.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                   

@MLOPEZSANMARTIN

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