El domingo 7 de julio, en la segunda vuelta de las elecciones en Francia para escoger a la Asamblea General, la izquierda logró obtener los mejores resultados en las elecciones, enviando a la extrema derecha al tercer lugar. El partido de Le Pen había ganado en primera estancia con cierta ventaja.
Durante la semana previa a estos sufragios, los candidatos que obtuvieron los votos necesarios para la segunda vuelta, declinaron a favor del virtual segundo lugar para que este pudiera hacer frente al partido de derecha. De esta manera, la coalición Nuevo Frente Popular obtuvo la mayoría de los escaños, seguida del partido del presidente francés, Juntos, y en tercer lugar el partido Agrupación Nacional.
No es la primera vez que se realiza una estrategia similar para contrarrestar el ascenso de la extrema derecha, en el año 2002, el papá de Marine Le Pen obtuvo el segundo lugar en las elecciones presidenciales y para evitar que ganará, se juntaron los partidos de izquierda y centro en el llamado Frente Republicano cuyos votos fueron para qué Jacques Chirac ganará en aquella elección.
El principal reto después de los resultados electorales es elegir al primer ministro, pues la primera fuerza política es una coalición de partidos y será complicado tener un consenso. Por otro lado, las reformas y propuestas del presidente francés tendrán un mayor debate para ser aprobadas por los partidos que integran el Nuevo Frente Popular.
Francia junto con Reino Unido lograron detener el avance de la extrema derecha en sus países, un respiro para las minorías que habitan en estas naciones. Los desafíos son reducir la brecha de la discriminación, el discurso de odio persistente en la derecha y hacer frente a la ola de inmigración para que se puedan integrar de manera eficiente a la sociedad.
En un momento donde la derecha ha tenido una mayor aceptación por parte de la población, es importante que dos de las potencias mundiales hayan girado hacia el centro-izquierda para resolver los problemas de manera diferente a una mano dura, como los partidos conservadores lo proponen en sus discursos.
Con las elecciones en Francia, ¿el país galo podrá recuperar su liderazgo internacional? Esto porque varios países africanos, ex colonias francesas, han solicitado el retiro de las tropas de su territorio y crearon un nuevo frente que busca hacer frente a los yihadistas en la región y apartarse de la influencia del país europeo.
Durante el mandato de Macron, Francia ha perdido la influencia que tenía sobre la región, donde China y Rusia han incrementado su presencia en la zona, respaldando a los gobiernos de transición, resultado de los golpes de Estado en los últimos 4 años.
En estos días veremos si la Asamblea General de Francia logra el consenso necesario de nombrar al Primer Ministro y se forma una Gobierno de cohabitación (donde el presidente y PM no pertenecen al mismo partido) o se mantiene Gabriel Atta como ministro. El camino de Francia hacia la reconciliación luce complicado por el contraste político en las elecciones de este año.
POR: AZUL ETCHEVERRY
AETCHEVERRYARANDA@GMAIL.COM
@AZULETCHEVERRY
MAAZ