Diplomacia Digital

La guerra de los algoritmos

Para salvaguardar la estabilidad global, es importante comprender quién y qué impulsa la carrera por la supremacía de la IA y sus costos potenciales

La guerra de los algoritmos
Carlos de Icaza / Diplomacia Digital / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Asistimos a un cambio de época impulsado por la 4ª Revolución Industrial, caracterizada por el aprovechamiento de tecnologías emergentes en diferentes ámbitos, como la robótica, la Inteligencia Artificial (IA) y los vehículos autónomos.

Este cambio presenta ventajas y problemas de naturaleza disruptiva que permean ya en todos los ámbitos de la vida política, económica y social de la sociedad global, en tanto se observa una creciente confrontación entre las potencias que buscan ampliar sus espacios de influencia.

La carrera por alcanzar la superioridad tecnológica tiene múltiples escenarios, que van desde la lucha de gigantes como EU y China por dominar el mercado de los microchips y semiconductores, hasta el desarrollo de nuevas armas tecnológicas, ahora ensayadas en diversos teatros de guerra.

Además, los algoritmos de aprendizaje profundo pueden analizar enormes cantidades de datos para optimizar acciones militares, predecir los movimientos del enemigo, o mejorar las estrategias bélicas.

Dado que la velocidad de toma de decisiones es uno de los factores importantes para ganar o perder una batalla, la IA no sólo es capaz de procesar información sino también puede tomar decisiones de forma autónoma. Ello conlleva el riesgo de que estas decisiones contemplen criterios estrictamente militares sin considerar el impacto y la devastación que puede afectar a poblaciones civiles.

Según la revista The Economist, que dedica en su último número un ensayo sobre cómo la IA transformará el carácter de la guerra, hasta ahora, estamos comprendiendo algunas de las consecuencias de los avances tecnológicos desplegados en Ucrania. De ahí, es probable que los sistemas de inteligencia artificial, junto con robots autónomos en tierra, mar y aire, encuentren y destruyan objetivos a una velocidad sin precedentes y a gran escala.

Así, el Economist concluye que si llega a estallar la primera guerra impulsada por la IA, es probable que el derecho internacional quede relegado a un segundo plano. Según esto, “las incertidumbres son profundas. Lo único seguro es que el cambio impulsado por la IA se acerca. Los ejércitos que anticipen y dominen los avances tecnológicos con mayor rapidez y eficacia probablemente prevalecerán. Es probable que todos los demás sean víctimas”.

Para salvaguardar la estabilidad global, es importante comprender quién y qué impulsa la carrera por la supremacía de la IA y sus costos potenciales. Es necesario afrontar los efectos sociales, ambientales y políticos que surgen de esta carrera implacable, descuidando la innovación responsable y las normas de gobernanza.

No hay, en mi opinión, tarea más urgente e importante a nivel internacional que acelerar las discusiones para alcanzar acuerdos que regulen las aplicaciones de inteligencia artificial, así como los usos militares de las nuevas tecnologías. Hoy por hoy, carecemos de un marco regulatorio de aplicación universal, lo que mantiene a toda la humanidad indefensa y a merced de la política del poder.

POR CARLOS DE ICAZA

EMBAJADOR EMÉRITO Y EXSUBSECRETARIO  DE RELACIONES EXTERIORES

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