El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, insiste en que su serie de propuestas para reformar al poder judicial queden aprobadas ante que concluya su mandato, y tal y como lo marca su manual, busca la completa concentración de poder.
Entre sus propuestas, está la de elegir a los jueces por votación popular, acción que atentaría contra la independencia judicial, ya que provocaría que los jueces o magistrados tomen decisiones con cargas populistas en lugar de cumplir con la ley de manera imparcial y objetiva.
Así como la concentración de poder, porque ocasionaría que los candidatos busquen el respaldo de partidos políticos o grupos de interés para ganar las elecciones, lo que podría afectar la imparcialidad del sistema judicial. Así como funcionarios con carga ideológicas que solo beneficien al gobierno en turno.
Sin duda, el partido en poder nuevamente demuestra que quiere apoderarse de la corte y los tribunales y hacer una selección de perfiles a modo, aunque no tengan los conocimientos suficientes, profesionalismo o autonomía, tal y como lo dijo el presidente desde a inicios de su mandato, “90 por ciento honestidad y 10 por ciento de experiencia”.
Ahora, bajo la retórica de “combatir la corrupción”, la propuesta presidencial de la reforma judicial dice que ese es su objetivo, pero el que se elija a los representantes de la corte bajo voto popular no es garantía de que esta acción acabe por completo con la corrupción.
Y no niego que haya corrupción, claro que la hay, pero que se acabe investigando y sancionando a quién comete cualquier tipo de delito que vaya en contra las leyes que dicta nuestra Carta Magna, no a través de consultas ni simulaciones usando a la ciudadanía.
Ahora bien, constitucionalmente cualquier reforma al poder judicial debe ser discutida y aprobada ante el Congreso, es por ello que hace mucho sentido la sobrerrepresentación que busca Morena en la Cámara de Diputados están estrechamente relacionadas.
Es por eso que buscan pasar de 55 por ciento de los votos al 75 por ciento de diputados para que así puedan atacar a La Corte, ya que la sobrerrepresentación podría facilitar la aprobación de reformas sin una adecuada contraposición de fuerzas políticas, matarían dos pájaros de un tiro, la democracia y nuestra Constitución.
Es por ello que la 4T busca jueces y ministros a modo, con preferencias políticas y populares, en lugar de la expertis, con una vasta carrera judicial, que defienda la autonomía y la independencia judicial que es fundamental para garantizar un poder judicial imparcial y objetivo.
Y no estoy en contra de la participación ciudadana en la designación de autoridades, pero antes de modificar todo a modo se deben buscar mecanismos para un mejor control sobre el sistema de justicia, sin socavar la confianza en el sistema judicial y afectar la calidad de la administración de justicia que garantice la independencia judicial y la calidad de las decisiones, respetando los principios democráticos y los estándares internacionales de independencia judicial.
POR JULEN REMENTERÍA
SENADOR DEL PAN
@JULENREMENTERIA
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