Columna invitada

Las lonas del departamento 204

Ejercer mi derecho contenido en el Artículo6º de la Constitución, sacudió el ánimo de mis vecinos; la administración debió actuar e intentar imponer los lineamientos

Las lonas del departamento 204
Isaac Macip / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Hace unas semanas decidí expresar de manera libre y con respeto mi apoyo a dos candidatas a puestos de elección popular: una a la Presidencia de la República y otra que compite por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Lo hice colgando dos lonas en el balcón de mi departamento en la Colonia Roma. Lo hice porque creo importante que los ciudadanos nos asumamos como entes políticos que pueden dar su opinión y porque sé que en este país tenemos ganada la libertad de expresión y de pensamiento.

Al estar sujetando estas lonas con alambres, vino a mi recuerdo el año de 1994. Con apenas 10 años, era yo quien colgaba en el barandal de casa de mis padres, mantas del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, entonces candidato del PRD a la presidencia. Las mantas las había conseguido con mi vecina, la señora más política y participativa del barrio. Incluso, recordé su amable sonrisa al ver el entusiasmo de un niño inquieto y libre para decir: aquí, en esta casa pensamos así; mis padres votarán por este candidato porque creemos que es la mejor opción para construir un México más justo e igualitario.

Treinta años después, no ocurrió de la misma manera. Ejercer mi derecho contenido en el Artículo 6º de la Constitución, que dice: “Es inviolable la libertad de expresión. Este derecho no estará sujeto a previa censura”, sacudió el ánimo de mis vecinos y provocó su enojo y molestias, a tal punto que la administración del edificio debió actuar e intentar imponer los lineamientos del condominio por encima de un derecho individual.

Los argumentos de priorizar una fachada armoniosa y “estética”, me hicieron pensar que, tal vez, detrás se guarda una especie de vergüenza de que alguien muestre con libertad su filiación política y pensamiento (sin importar cuál). O tal vez existe una premisa de que esta colonia no puede comportarse como una de menor clase social. El debate vecinal hizo que sonara en mi cabeza una canción de la música popular, así que de ser posible, lean este relato con la tonada de “El chico del apartamento 512”, de Selena, deseando que no les incomode, o sí.

Cada día es igual por mi pasillo,

nunca llego a mi puerta sin oír el chiflido

de los vecinos que me dicen que me estoy manchando,

que lo que debería es irme del edificio y darme un baño.

Cómo es que en esta colonia cuelgo del balcón carteles políticos

con rostros y consignas con las que me siento identificado,  

y entonces en el chat de los vecinos en coro empiezan a escribir:

 

¡Que quiten las lonas del departamento 204

que hace a mi edificio lucir fatal!

¿Cómo alguien se atreve a mostrar su simpatía por candidatas

del partido que instauró el apoyo social?

 

 

Las lonas del departamento 204

no harán que me sienta en un barrio marginal,

vivo en un edifico de clase media alta y así se debe mirar.  

¿Es que en verdad les molesta?, ¿en qué les puede afectar?

Estoy colocando mi postura política en mi casa y hogar.

 

Las quejas por las lonas del departamento 204

ahora me recuerdan que ni ropa puedo colgar,

no sea que vayan a creer que aquí vive gente

que no tiene lavadora ni máquina para secar.

Y entonces me entero que ya se organizaron

para mandar correos de amenazas “sin censurar”.

 

Pasadas las semanas salgo a caminar, volteo a ver las lonas con una sonrisa

de saber que vivo en una ciudad y en un país de libertad.

De veras que cuando pensé que vivía en un edificio tan hostil,

de repente me encuentro a un vecino y me pregunta muy quedito:

¿Tú también votarás por Claudia y Clara?

Las lonas del departamento 204…

ISAAC MACIP
COLABORADOR
@ISAAC MACIP

PAL

Temas