En los últimos días se ha observado una sorprendente explosión de innovaciones y aplicaciones en torno a la Inteligencia Artificial (IA), así como la aceleración de proyectos regulatorios, incluyendo el primer tratado internacional vinculante para regular la IA propuesto por el Consejo de Europa.
Como reporta The Economist, en el presente mes cuatro gigantes tecnológicos (Alphabet, Amazon, Meta y Microsoft) se han comprometido a gastar cerca de 200 mil millones de dólares este año, en centros de datos, chips y otros equipos para construir e implementar modelos de IA generativa.
La semana pasada abrió con el lanzamiento de ChatGPT 4.0, el chatbot de OpenAI que inauguró la carrera mundial por dominar la IA generativa. Esta nueva y avanzada versión del programa informático –disponible en 50 idiomas– es capaz de interactuar con imágenes, vídeo, audio y texto, además de un asistente de voz.
Por su parte, Google presentó sus nuevos modelos "rápidos y eficientes" de Inteligencia Artificial, que incluyen una serie de actualizaciones en toda la familia Gemini, como el nuevo 1.5 Flash, su "modelo liviano para velocidad y eficiencia", y Project Astra, su "visión para el futuro de los asistentes de IA".
Los resúmenes generados por IA producidos por la tecnología Gemini de Google, ofrecerán información concisa de varias fuentes en línea con enlaces mínimos. Esta tecnología está encaminada a revolucionar los motores digitales de búsqueda.
Google afirma que el cambio alentará a los usuarios a explorar una gama más amplia de sitios web, pero los críticos de los medios especializados, anticipan impactos negativos en los editores y anunciantes.
En el Congreso de EU, un grupo bipartidista de senadores –encabezado por el líder de la mayoría Chuck Schumer– presentó el pasado miércoles un plan legislativo intitulado "Impulsando la innovación estadounidense en IA". En el plan se pide gastar 32 mil millones de dólares anuales para 2026 en investigación y desarrollo de esta tecnología por parte del gobierno y del sector privado, sin ofrecer mayores detalles sobre las regulaciones para abordar sus riesgos.
Para cerrar esta vertiginosa semana, el Consejo de Europa –un organismo integrado por 45 países del viejo continente y algunos observadores, incluso México– anunció que su comité de Inteligencia Artificial finalizó un Convenio Marco sobre IA, Derechos Humanos, Democracia y Estado de Derecho.
La Secretaria General del organismo, Marija Pejcinovic Buric, anunció que una vez aprobado por el Consejo de Ministros, este instrumento vinculante tendrá un carácter global y estará abierto al firma de sus miembros y otros países.
Estamos frente a una carrera tecnológica sin precedentes en la historia por dominar la IA generativa. Compiten múltiples actores políticos y las grandes corporaciones, que actúan por ambiciones de poder o por expectativas de ganancias económicas. Una carrera sin freno y carente de regulación internacional que abre serios interrogantes con respecto a la utilización de estas tecnologías innovadoras que habrán de transformar nuestras vidas y sociedades.
POR CARLOS DE ICAZA
EMBAJADOR EMÉRITO Y EXSUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
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