Columna invitada

Las memorias políticas II

El escritor José Agustín Ramírez escribió en su libro “Tragicomedia Mexicana”: “Para nadie era un secreto que Alemán quería reelegirse…”

Las memorias políticas II
Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La historia continúa … Abelardo L. Rodríguez escribe en su Autobiografía como poseedor de la silla presidencial, páginas adelante, envía una carta a sus colaboradores, en la que les dice, “He tenido conocimiento de que con frecuencia los señores secretarios de Estado y jefes de departamentos someten a consideración y consulta del general Calles diversos asuntos relacionados con la marcha de la administración…”

El comunicado sigue, “y con cuestiones que son de la competencia de las diversas dependencias del Ejecutivo… como constitucionalmente y en mi carácter de presidente de la República, soy responsable de todos los actos del Poder Ejecutivo Federal, no juzgo conveniente que los señores secretarios de Estado y jefes de departamentos sometan a conocimiento del general Calles, ya que esto le causa molestias tan frecuentes como innecesarias…”.

La Autobiografía escrita 27 años después de su mandato presidencial, asegura que se mantuvo “al margen de toda bandera política en las elecciones celebradas para designar a mi sucesor”.

Tras el asesinato de Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928, después de haber sido reelegido, Emilio Portes Giles nombrado por el Congreso de la Unión presidente provisional, cargo que desempeñó del 1 de diciembre de 1928 al 5 de febrero de 1930.

Escribe Portes Gil, en su libro “Quince años de política mexicana”, editado en 1941, relata cómo surgió su candidatura a la Presidencia de la República, “La noche misma en que se velaba en el Palacio Nacional el cadáver del general Obregón, platicando con Manrique (diputado potosino) en uno de los balcones que dan al zócalo, me decía mi amigo de entonces (Soto y Gama y sus compañeros del Partido Nacional Agrarista): Emilio nosotros creemos que la muerte del general Obregón fue fraguada por elementos adictos al general Calles y por esto no podemos tener la menor confianza en él…”

El diputado Aurelio Manrique le manifiesta de acuerdo a Portes Gil, “Nosotros tenemos plena confianza en ti, porque siempre has dado pruebas de tu carácter independiente y sabemos que en un momento sabrás colocarte a la altura de las circunstancias…tengo autorización para decirte que serás nuestro candidato para ocupar la Presidencia provisional de la República…creo mi deber expresar que yo no hice gestión alguna, ni siquiera con mis amigos más íntimos, para obtener tal nombramiento”.

Miguel Alemán Valdés, primer mandatario de 1946 a 1952 sostiene en sus Remembranzas y Testimonios editado Grijalbo 1986, “Nunca me propuse llegar a la presidencia de la República, preferí trazarme objetivos inmediatos que pudieran alcanzar con cierta seguridad; desempeñar lo mejor posible las tareas que me asignaran.”

Agrega Alemán Valdés, “Desde luego, tampoco descartaré esa eventualidad, pero sólo empezaría a reflexionar sobre ella en las postrimerías del sexenio avilacamachista; quizá por la inmejorable perspectiva que desde la Secretaría de Gobernación se tiene frente a la complejísima urdimbre de elementos involucrados en la política nacional”.

El escritor José Agustín Ramírez, en su trilogía “Tragicomedia Mexicana”, Planeta 1990, en lo referente a Alemán Valdés, escribe lo siguiente, “Para nadie era un secreto que Alemán quería reelegirse…”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ

 

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