Hace unos días, en el marco del Fintech Mexico Forum 2024 tuve la oportunidad de moderar una conversación profundamente enriquecedora con líderes de la industria financiera en México.
En el panel conversé con Iván Canales, Director General de Nu México, Marlene Garayzar, Co-fundadora y Directora General de Stori, Mauricio Schwartzmann Director General de Mastercard México y Pedro Rivas, Director General de Mercado Pago México.
El tema central giró en torno a la adopción de nuevas tecnologías y cómo estas están revertiendo e la falta de inclusión financiera que históricamente ha sido un desafío difícil de superar.
Los neboancos y las fintechs están en la vanguardia de esta transformación, proveyendo soluciones que no solo son innovadoras sino también inclusivas. Estas plataformas han demostrado ser cruciales en la superación de las barreras de inclusión financiera, permitiendo a una mayor parte de la población mexicana acceder a servicios financieros por primera vez.
Otro punto crucial discutido fue la importancia de la competencia dentro del sector. La competencia no solo estimula la innovación, sino que también mejora la calidad y variedad de productos y servicios financieros disponibles. El sector bancario ha estado históricamente concentrado y hoy la la entrada de nuevos bancos digitales y empresas fintech que ofrecen servicios complementarios está cambiando este panorama.
El regulador tiene la enorme tarea de permitir al sector desarrollarse de manera responsable y sostenible permitiendo la entrada de más competidores al sector bancario mexicano. Este entorno competitivo beneficia al usuario final, al ofrecerle opciones más variadas y adaptadas a sus necesidades específicas. Importante no caer en prácticas del mercado que vulneren la libre competencia.
Las fintechs y neobancos a su vez están revolucionando el sector financiero, al introducir innovaciones que no solo benefician a los consumidores, sino que también impulsan a las instituciones financieras tradicionales a evolucionar. Lo anterior al imponer estándares más altos de atención al cliente y con la oferta de productos más intuitivos. Más aún, al ofrecer servicios que motiven a los usuarios a tener buenos hábitos financieros, como el ahorro, por ejemplo, al otorgar atractivas tasas de interés derivado de ahorros en sus costos operativos.
Las oportunidades que se derivan de esta revolución financiera tienen el potencial de impactar positivamente a la sociedad mexicana. Al permitir que las empresas de finanzas digitales evolucionen de manera responsable, se crea un ecosistema financiero sano y competitivo, centrado en el beneficio del usuario.
Al brindar acceso a servicios financieros esenciales, se empoderan a individuos y comunidades, se fomenta el crecimiento económico inclusivo, y se establecen las bases para una reducción sostenible de la pobreza y una mayor justicia social. La inclusión financiera, por lo tanto, debe ser un componente clave de las políticas públicas dirigidas a estos fines.
El panel dejó claro que estamos al umbral de una nueva era financiera en México, donde la inclusión financiera se está convirtiendo en una realidad accesible para un espectro más amplio de la población.
Facilitar la entrada y desarrollo de estos actores disruptivos genera mayor inclusión, fundamental para construir sociedades más equitativas y prósperas.
Este futuro prometedor es el resultado de la innovación constante, la competencia, y la colaboración estratégica entre todos los actores del ecosistema financiero. Habilitemos esta revolución desde las diferentes trincheras.
POR ÁLVARO VERTIZ
Socio Dentons Global Advisors
@AlvaroVertiz
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