Siguen saliendo voces y testimonios que dinamitan el entorno de la Selección Mexicana. Hoy el futbol mexicano luce dividido y todos los actores tienen algo que decir, aunque no en todos los casos sean cosas positivas, lo cual por supuesto desnuda la crisis que no ha dejado de existir.
Que no nos quieran vender la idea de que es un proceso en el camino a mejorar. Esta crisis viene de procesos y procesos atrás, viene del apapacho de los directivos que ahora se quieren arrancar los cabellos y de sus jilgueros, que ahora se quieren hacer los críticos, cuando antes aplaudían a todo aunque estuviera mal.
La Selección Mexicana es un reflejo de la mediocridad de la Liga MX, sin talento en sus filas y sin un trabajo adecuado para la atracción del mismo; por eso es que cuando desde lo más alto de la liga nos hablan de exportar talento a Europa a temprana edad no nos puede dar más que risa, porque ni siquiera tienen seguro qué es lo que van a mandar.
Porque si mandan lo que ahora tienen y como ahora mismo lo trabajan, seguro se los regresan en unos meses. Y no por lo muchachos que pudieran ser los conejillos de Indias de estos directivos desesperados por hacer como que trabajan, sino porque el proceso y la manera en que trabajan a los nuevos talentos en nuestro país está lejos de hacer que esa calidad se manifieste.
De que hay talento en México lo hay, de que no lo detectan a tiempo o no le dan el seguimiento como se debe también. Y todo por viejos vicios en las etapas formativas del balompié de nuestro país, con compadrazgos, nepotismo y hasta corrupción.
Porque a veces es difícil entender cómo es que jugadores que ya son de Primera división, siguen teniendo deficiencias en fundamentos de juego como el perfilarse para una cobertura, o incluso de realizar un buen centro con pelota en movimiento… Y con todo y eso llegan a la Selección Mexicana.
Pero eso es de formación, porque un tipo que ya está en Primera ya no querrá trabajar para corregir esas deficiencias ya que él ya está en la “grande”, pero no es realmente un jugador completo.
Ese es uno de los grandes problemas, sumado a que tampoco los preparan para ser profesionales y andan más preocupados por hacer de todo menos por jugar el futbol profesional, lo que no solamente abarca el ir a entrenar dos horas diarios, sino a cuidar su alimentación, descanso y sueño; a preparar sus partidos con videos y estadísticas de sus rivales, etc.
Que quede claro, no son todos los futbolistas, pero si la mayoría y eso claro, que es tan malo como la manera en que los directivos se quieren engañar pensando en que sus estructuras para detección y desarrollo de talento son tan eficientes que nunca se agotarán.
POR GERARDO VELÁZQUEZ DE LEÓN
COLABORADOR
@GVLO2008
PAL