PARA QUE QUEDE CLARO

Ucrania, Polonia… Juegos del Destino

Polonia y Ucrania entrelazadas por el Destino, compartieron cuatro años después, en 2016, el Grupo C durante la Euro celebrada en Francia y una vez más, fue Polonia la que pareció ser la favorita de las circunstancias y los exsoviéticos regresaron a casa sin haber anotado un gol y con tres derrotas

OPINIÓN

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Edgar Valero Berrospe / Para que quede claro / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Terminó oficialmente la eliminatoria para la Euro 2024 que se realizará en Alemania el próximo mes de junio y entre los tres últimos equipos calificados aparecieron los organizadores de la Euro del 2012, Polonia y Ucrania.

Los tiempos y la vida han sido muy distintas para ambas naciones, cuyas diferencias ideológicas y económicas, fueron aparentemente, tan evidentes, que cuesta trabajo entender cómo fue que la UEFA aceptó que organizaran de manera conjunta aquel evento, que, futbolísticamente fue un éxito y que tuvo grandes duelos en la ronda grupal y extraordinarios duelos en las semifinales con España derrotando a la Portugal de Cristiano y la Italia de Balotelli, superando a la subcampeona de Europa, Alemania.

Yo tuve la oportunidad de vivir plenamente ese evento, viendo a España jugar en el lejano puerto de Gdansk en la costa del Mar Báltico y avanzar de forma avasalladora sobre Irlanda, Croacia y hasta aquel discutido empate ante Italia, con lo que mantenía su homogeneidad sobre la Squadra Azzurra.

Ucrania fue, hasta la desgraciada invasión del 2022, una nación soberana por apenas un par de décadas, pobre, pero de gente afable y feliz. Con elevados rangos culturales, particularmente entre las mujeres de una región que fue reconstruida por ellas precisamente, como casi toda Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

Polonia en suerte pudo integrarse a la Unión Europea antes de que el megalómano Vladimir Putin buscara razones para invadir a sus vecinos del sur, y su desarrollo económico y, deportivo, ha sido mejor que el de los ucranianos, oprimidos durante la Era Soviética y después golpeados y martirizados por una insensata guerra que se ha prolongado ya más de dos años.

En el 2012 en Ucrania, las condiciones de vida no eran las mejores, pero la paz social,  la seguridad en sus ciudades y el optimismo de que vendrían mejores tiempos en general, ayudaron a consolidar un proyecto con los polacos que pudo resistir los continuos ataques de otras federaciones futbolísticas europeas.

Y es que naciones como Italia o Grecia, habían fracasado en su intención de ser sedes del torneo de Selecciones, seamos honestos, más importante del mundo, eclipsando incluso a la propia Copa Mundial de la FIFA.

Ucrania vivió semanas de una emoción que jamás había sentido, la hermosísima Donbass Arena en Donetsk (donde jugaba el Shakhtar de Nery Castillo), vio a deslumbrantes selecciones como Inglaterra, Francia, y aquella tremenda semifinal entre España y Portugal que se fue hasta los penaltis.

Todo eso, sin embargo, hoy forma parte de casi ningún recuerdo. La Donbass Arena está en ruinas. Prácticamente destruida. Del gran Sheba, Andriy Shevchenko ya no se habla, excepto en la política y si alguna vez los mejores futbolistas de Europa y muchos de aquellos fulgurantes campeones mundiales del 2010, o los futuros campeones alemanes del 2014 pasaron por ahí, no hay tiempo ni sentimiento para recordarlos en medio del ensordecedor sonido de las ametralladoras y las sirenas de las baterías antiaéreas que silencian casi cada rincón de la otrora bulliciosa Ucrania.

Polonia y Ucrania entrelazadas por el Destino, compartieron cuatro años después, en 2016, el Grupo C durante la Euro celebrada en Francia y una vez más, fue Polonia la que pareció ser la favorita de las circunstancias y los exsoviéticos regresaron a casa sin haber anotado un gol y con tres derrotas a sus espaldas.

Hace un par de días, con sólo unas horas de diferencia calificaron para estar presentes en Alemania, los polacos por quinta ocasión consecutiva, los ucranianos la cuarta.

En 1987, el Papa Juan Pablo II realizó su tercera peregrinación a Polonia. Los sindicatos independientes todavía estaban prohibidos en ese momento, pero eso no impidió que sus partidarios izaran pancartas del Sindicato Solidaridad durante una misa a la que asistieron, se dice, unas 800 mil personas.

En Varsovia se escribió parte de la nueva historia del mundo, fueron los ecos de las voces de Lech Walesa y Karol Vojtyla los que llevaron a sucumbir al Bloque Socialista, dos polacos abogando por la libertad de los oprimidos ciudadanos soviéticos en 14 naciones incluyendo a Ucrania y en medio Continente europeo…

Quizá entonces, polacos y ucranianos no hayan sido tan diferentes, o tan lejanos. Tal vez haya sido el propio Destino el que los ha mantenido unidos, aunque sea por algo tan poco importante, según dicen algunos, como es el futbol….

POR EDGAR VALERO BERROSPE

COLABORADOR

MAAZ