¿Qué significan las denuncias de "traición a la patria" y los llamados a juicio político para disidentes?
Francamente, parece parte del juego disfuncional de los posicionamientos electorales, eso que los estadounidenses califican en su propia situación, the silly season, la temporada tonta.
Sólo que en el caso nuestro, quienes hacen esas demandas son gente que sigue, o dice haber luchado, contra implicaciones autoritarias que en el pasado crearon la idea de una Presidencia imperial, de un soberano sexenal electo.
Y la verdad, es que cualquiera que sean sus virtudes o defectos, Andrés Manuel López Obrador no fue electo monarca. Es el jefe de Estado y el jefe de gobierno, pero no es ni el Estado ni el gobierno.
El Estado está integrado por los mexicanos, partidarios y opositores del gobierno en turno; ricos y pobres; cultos e incultos, sin importar raza, clase social o creencias políticas o religiosas.
El gobierno está compuesto por tres pares iguales, al menos en el papel: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Cada una con sus asignaciones y responsabilidades.
El Presidente es el representante electo del Estado mexicano.
Pero tan popular o extraordinario como se quiera, NO ES el Estado mexicano, que es la suma de sus seguidores y sus opositores, de aquellos que no votaron por conciencia, por ignorancia o por estar imposibilitados de hacerlo. Y su gobierno, de paso, consta de tres poderes igualitarios, según la Constitución.
El partido político fundado por el presidente López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional, es el partido de gobierno, pero no el gobierno. La doctrina de la 4T, es la tesis ideológica del partido y tan respetable como se quiera. Pero no es la Constitución, por lo menos, hasta ahora.
Es cierto que en la práctica el Ejecutivo es el poder prevalente, pero también que durante décadas para no decir siglos, la evolución política en los países democráticos ha buscado balances y contrapesos para el poder del gobernante.
Una buena parte de los países han evolucionado de reyes absolutos o dictadores autoritarios a regímenes parlamentarios o presidenciales con acotamientos constitucionales y poderes independientes. Otros buscan hacerlo.
Y hasta donde se sabe, México es uno de ellos.
Los llamados de algunos oficialistas para someter a "juicio político" a funcionarios de organismos independientes cuyas determinaciones no han estado de acuerdo con los deseos del mandatario o de sus seguidores suenan a otra cosa.
Los reclamos de algunos en redes sociales que califican de "traidores a la patria" a exdiplomáticos o exfuncionarios que se manifiestan en contra del actual gobierno suenan a lo mismo.
La cortesanía absoluta.
La ignorancia y la intolerancia, están mal desde cualquier punto de vista, sin embargo, son peores cuando se ejercen desde el poder.
¿Es un regreso al futuro?
POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE
MAAZ