Tres en raya

Las finanzas de Salinas Pliego

Después de la estrepitosa pérdida de las acciones en la bolsa, el lunes, tanto el martes como el miércoles, empezaron a recuperar su valor

Las finanzas de Salinas Pliego
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

¿A quién le ha convenido que las acciones de Elektra pierdan su valor? ¿Qué hay realmente detrás de la caída en su precio?; ¿A qué se debe? Nótese una cosa: más allá de lo que pase en la Bolsa Mexicana de Valores, la gente sigue comprando y –mucho– en las tiendas de Ricardo Salinas Pliego.

De hecho, después de la estrepitosa pérdida que sufrieron las acciones el lunes, tanto el martes como el miércoles, estas empezaron a recuperar su valor. No, aún no llegan al máximo histórico que alcanzaron antes de haber salido de cotizar en bolsa, de eso hace tiempo.

Hay los que quieren ver al empresario sumirse en una mala situación económica. Hablamos de la competencia, las tiendas de conveniencia que ruegan por un adversario menos; también los resentidos, los agoreros del mal y uno que otro envidioso. Pero también hay los que buscan comprar acciones a precios muy bajos para después venderlas caro. Entre ellos no se puede descartar al propio Ricardo Salinas y los diversos accionistas de Elektra. Es el mejor momento de recomprar sus acciones y en poco tiempo recuperar el valor de estas. Insisto, dicha marca es un buen negocio.

Algunos apuestan que, con esta pérdida de valor accionario, el gobierno de la 4t por fin tendrá a Ricardo Salinas Pliego ‘comiendo de su mano’. Yo lo dudo; como buen empresario, está difícil que se dé por rendido. Si acaso, continuar con sus negocios en otra parte, lo que significaría la pérdida de empleo de más de 80,000 mexicanos que trabajan hoy por hoy en Elektra. En un momento en que la economía del país no es la más boyante, no es ningún aliciente que un grupo empresarial cierre operaciones. Si alguien del gobierno se anima ante la posibilidad de ver quebrar al magnate, será un idiota.

Por eso es que todo esto que ocurre con los mencionados negocios va mucho más allá. Hace pocos días reinició el bombardeo mediático contra Salinas Pliego. “Al empresario le está yendo muy mal”, se oye decir por parte del oficialismo. Luego, el lunes, se permitió que se pusieran a la venta otra vez las acciones de Elektra en la Bolsa, lo que significó que tanto esta como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores desobedecieron una medida cautelar del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (la cual tenía establecida la suspensión de cotización de las acciones de Grupo Elektra). ¿Por qué estas autoridades financieras desobedecieron la medida cautelar? Porque pueden y porque saben que, estando el Poder Judicial en medio de una profunda reforma, no emitirá sanciones ni contra la BMV ni contra la CNBV.

Lo que apunta a una paradoja: el gobierno de Claudia Sheinbaum (en su momento lo hacía también López Obrador) solicita al Poder Judicial que exija a Salinas Pliego el pago de lo que el SAT estima que el empresario debe de impuestos. Mas, dada la desobediencia de la BMV y la CNBV al Poder Judicial, ¿quién hará caso a los jueces ahora? Un efecto bumerán de la reforma judicial contra la misma Secretaría de Hacienda…

Pero hay más. Surge la posibilidad de que, al disminuir el valor de las acciones de Elektra, el grupo empresarial muestre que no tiene la solvencia económica para el pago de los impuestos. (No se olvide, los impuestos, como tal, no los debe él; el deudor es el conglomerado empresarial).

Es interesante este episodio de la vida nacional. Ricardo Salinas Pliego pasó de ser parte del consejo empresarial asesor del presidente de la República a sufrir el acoso del ‘segundo piso’ del régimen. ¿Razones válidas para ello? Quizá. Lo que no quita que el amor se tornó en fustigación justo cuando el empresario señaló las deficiencias (lo digo amablemente) de los nuevos libros de texto gratuitos.

La procuración de justicia que solicita Claudia Sheinbaum debe darse, sí. Pero esta empieza por investigar quién permitió que las autoridades financieras no acataran la ley y vulneraran las instancias jurídicas a las que debe tener acceso tanto Ricardo Salinas como sus empresas.

Aquí lo que está en juego no es el accionar del gobierno contra un hombre de negocios, sino el ejercicio del derecho y el garantizar la certeza jurídica de quienes invierten su dinero en la Bolsa.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADOR

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM   

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