Estimados amigos oftalmólogos y colegas de la industria oftalmológica mexicana:
Este diciembre marca un hito en mi vida profesional y personal: 25 años de recorrido junto a ustedes, la gran familia oftalmológica.
Es un aniversario que me llena de orgullo y emoción, pero sobre todo, de profunda gratitud hacia cada uno de ustedes que han sido parte esencial de esta travesía.
A lo largo de este cuarto de siglo, he tenido el privilegio de caminar por diversos senderos: desde mis inicios en la industria oftalmológica hasta mi sociedad con una empresa que tuvo como propósito apoyar el crecimiento y éxito de los cursos y congresos nacionales, estatales y de sub especialidad en oftalmología. En cada etapa, ustedes han sido más que colegas; han sido amigos, maestros y cómplices en la misión de contribuir a elevar la práctica oftalmológica en México.
Gracias por abrirme las puertas de su mundo, por permitirme aprender de su compromiso incansable con el cuidado de la visión y por ofrecerme su apoyo desde diferentes perspectivas: como oftalmologos, ejecutivos, clientes y, sobre todo, como amigos. Cada enseñanza, conversación y colaboración me ha dejado huellas imborrables que hoy definen quién soy.
Estos 25 años no solo son un reflejo de constancia, sino también de una profunda conexión humana y profesional que ha trascendido cualquier rol o cargo. A ustedes, quienes dedican su vida a devolver la luz y claridad a miles de pacientes, les debo el privilegio de ser parte de esta comunidad que, además de profesionalismo, irradia calidez y compañerismo.
Hoy celebro no solo un aniversario, sino una historia compartida con ustedes. Mi compromiso permanece firme: seguir apoyando, aprendiendo y creciendo al lado de esta familia oftalmológica que tanto admiro y respeto.
De todo corazón, gracias por estos 25 años de confianza, amistad y trabajo conjunto. Espero con entusiasmo los retos y aprendizajes que están por venir, convencido de que juntos podemos seguir iluminando el camino hacia un futuro aún más brillante para la oftalmología mexicana.
Con gratitud y aprecio,
POR FRANCISCO PAZ
COLABORADOR
MAAZ
