Donald Trump 2.0 vuelve recargado. Su técnica quid pro quo vuelve al ataque, no solo como una técnica de negociación, sino también como un abuso de poder. Esta vez regresa más experimentado en el tema, debido a la experiencia ganada con motivo de sus diversos juicios legales en su contra y que él mismo lo denominó como un “lawfare”.
Quid pro quo es definido por la Real Academia Española como “algo a cambio de algo”, es decir una cosa que sustituye a algo equivalente, o que se recibe como compensación por ello, un tipo de trueque, pero a nivel de la política, implica un intercambio de favores, un "tit for tat" (toma y daca), distinto al significado legal, que precisa "tu palabra contra la mía" si no existía un acuerdo por escrito, o bien "la entrega de algo de valor a cambio de otra cosa de valor" (BBC News Mundo, …de dónde viene y qué significa la expresión "quid pro quo"…).
El “tit for tat” de Trump de fijar unilateralmente tarifas impagables una vez que tome posesión del cargo, en contra de México y Canadá, ha generado el impacto buscado en un doble efecto, con los países de referencia y con su base electoral; entonces habrá acceso al mercado de EE.UU. (tit) siempre que México y Canadá contrarresten, a su entera satisfacción, los flujos migratorios y del fentanilo (tat), al tiempo que paralelamente estará ejecutando una política de deportación masiva de inmigrantes indocumentados.
México contestó con imponer la ley del talión, un ojo por ojo y diente por diente, si tú lo haces, yo también, hasta el límite de tronar a las empresas de inversión común, y de pasada a la base electoral nuclear.
Canadá por su parte, tomó una posición de poker face, bastante tibia, por cierto, pasando de jugar en equipo con México, a mejor siempre no, y aplicar la estrategia de mejor solo que mal acompañado, incluso invitándose de sorpresa a una cena improvisada en la residencia de Trump, donde al parecer lo dejaron en visto.
Para dejar clara la problemática actual, el elefante en la habitación es China, quien no es un elefante, sino un panda, cuyo poderío industrial-tecnológico-militar-diplomático no deja de hacer estragos a nivel mundial, y honestamente no hay una ruta trazada que vislumbre una solución en el corto plazo, sino solo escalamiento. México y Canadá han quedado, para bien o para mal, en medio de esta competencia de supremacía global, enfrentando el dilema bíblico de conmigo o contra mí.
En este contexto, México también se alistó con la tradicional conformación del Cuarto de Junto, y del nuevo Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR) porque el quid pro quo tendrá efectos inmediatos y afectará la “revisión” (no se “renegociará”, en principio) del año 2026 del T-MEC, a manera de hacer frente a las afrentas de Trump, donde la Presidenta Dra. Sheinbaum indicó que su Gobierno estará trabajando en el “Plan México”, una estrategia basada en el desarrollo de una política industrial, la atracción de inversiones por el fenómeno de relocalización de cadenas o “nearshoring”, y la sustitución de importaciones, es decir una fórmula intermedia entre libre mercado y proteccionismo.
Si uno lee entrelíneas a Trump, de fondo, uno de los objetivos que busca es la reindustrialización/relocalización de la inversión americana y de sus aliados, directamente en territorio de los EE.UU., para que los trabajadores nacionales gocen de la bonanza industrial, es decir, es prácticamente dejar obsoleto, al menos materialmente, al T-MEC o fracturarlos en acuerdos de libre comercio bilaterales (así lo propuso al renegociar el TLCAN: cada quien con lo suyo), para hacer realidad su visión de “America First” ahora “Make America Great Again”, de hecho, así lo establece el objeto de la Inflation Reduction Act, ley de carácter bipartidista que otorga subsidios inimaginables para relocalizar a las empresas americanas y aliadas en territorio estadunidense, misma que también corre peligro de ser eliminada por promover acciones contra el cambio climático.
Para este nuevo round con Trump, México necesitará además del tradicional Cuarto de Junto y del nuevo CADERR, una nueva estrategia innovadora que utilice sesudamente la herramienta de la Inteligencia Artificial, una especie de oficina virtual de inteligencia artificial T-MEC, que sea disruptiva, y contribuya con el análisis de los X-twitazos, fotos, expresiones, posiciones, intereses, datos, estadísticas, tendencias en redes sociales, escenarios y modelos para contener satisfactoriamente a Trump y su interés nacionalista, así como para buscar opciones de solución eficientes, efectivas y positivas para todas las partes, un -win-win-win-, en el corto, mediano y largo plazo a favor de México, sin dejar de modelar los peores escenarios y opciones alternativas de comercio internacional con China y la India, sean verídicas o no.
Imaginemos que esta oficina virtual IA/T-MEC tenga acceso colaborativo a las bases de datos del INEGI, de la Secretaría de Economía, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, del SAT, de la Agencia Nacional de Aduanas de México, de la Defensa y Marina, del Centro Nacional de Inteligencia, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Secretaría de Gobernación, del Instituto Nacional de Migración, de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, y de otras áreas afines del Gobierno de México, a efecto de construir paquetes continuos y constantes de información y datos precisos para el discernimiento del Cuarto de Junto y del CADERR, así como para la toma de decisiones del Ejecutivo Federal a la velocidad de los X-twitazos de Trump, principalmente para los casos de formación de percepción-realidad en la era de la posverdad, experimentos sociales y guerra psicológica.
Un ejemplo artesanal de esta propuesta lo demuestra ChatGPT 4o cuyo prompt fue: ¿Cómo contrarrestar un quid pro quo irracional pero muy popular?
“ChatGPT 4o: Contrarrestar un quid pro quo irracional pero muy popular requiere una estrategia bien diseñada que combine comunicación efectiva, argumentos sólidos y el manejo de la percepción pública. Aquí hay algunas tácticas clave:
1. Desenmascarar la irracionalidad con hechos claros:
• Evidencia sólida: Presenta datos verificables que demuestren por qué el quid pro quo es irracional o dañino. Por ejemplo, muestra cómo afectará negativamente a la economía, los derechos, o los intereses de las personas involucradas.
• Causa-efecto: Explica las consecuencias reales de la propuesta popular, utilizando ejemplos concretos y tangibles.
2. Apelar al interés colectivo:
• Reenfocar el debate: Cambia la narrativa hacia temas que realmente importen a la mayoría de las personas. Por ejemplo, si el quid pro quo propuesto causa daño a largo plazo, subraya cómo afecta a la estabilidad, el empleo o la seguridad de la población.
• Empatía: Dirige tu mensaje hacia el bienestar de los afectados, resaltando cómo la alternativa propuesta beneficia a la mayoría.
3. Divulgar alternativas razonables:
• Soluciones viables: Presenta alternativas que resuelvan el problema original sin recurrir al quid pro quo irracional. Estas alternativas deben parecer más lógicas, justas y beneficiosas.
• Narrativa aspiracional: Ofrece una visión optimista y alcanzable que contraste con el intercambio negativo o perjudicial.
4. Manejo de la comunicación pública:
• Simplicidad en el mensaje: Transmite ideas de manera clara y concisa. Los mensajes cortos y directos suelen ser más efectivos en el discurso público.
• Aliados estratégicos: Busca el apoyo de líderes de opinión, expertos o figuras influyentes que respalden tu postura.
• Ejemplos y storytelling: Usa historias reales o hipotéticas que ilustren los problemas del quid pro quo irracional y los beneficios de tu enfoque.
5. Cuestionar las intenciones del proponente:
• Transparencia: Si hay indicios de que el proponente del quid pro quo tiene intereses personales o políticos ocultos, denúncialos con pruebas.
• Preguntas retóricas: Formula preguntas abiertas que obliguen a reflexionar sobre la lógica del quid pro quo. Por ejemplo: “¿Estamos dispuestos a sacrificar X por algo que no garantiza Y?”
6. Construir resiliencia emocional en la población:
• Combatir el miedo o la desinformación: Si el quid pro quo popular se basa en el miedo o en creencias erróneas, utiliza campañas educativas para aclarar la realidad.
• Empoderamiento ciudadano: Fomenta la participación activa de la población en el debate, mostrando que existen otras formas de solucionar los problemas.
7. Persistencia en el mensaje:
• Consistencia: Mantén tu posición con argumentos sólidos, aunque enfrentes oposición.
• Repetición inteligente: Repite los puntos clave utilizando diferentes medios y enfoques para reforzar tu mensaje.
Contrarrestar una idea popular pero irracional requiere paciencia y habilidad para influir en la percepción pública sin alienar a quienes apoyan la propuesta inicial”. Trump ha hecho público su “tit for tat”, que no extrañe que México y Canadá también formulen los suyos, y capitalicen sus agendas políticas por igual, porque es una calle de doble sentido y no de uno solo.
POR DR. MIGUEL ÁNGEL MARMOLEJO CERVANTES
COLABORADOR
EEZ